Page 92 - Resiliente
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Llegamos a las casas y vimos a Laura tosiendo y escupiendo,

                                    estaba muy enferma y había que atenderla, de suerte en la casa
                                    contigua que había pertenecido a mi abuelo que había fallecido

                                    de suerte mucho tiempo antes de ver toda esta pesadilla, tenía
                                    siempre medicinas, y estaba seguro de haber guardado muchas que

                                    pudieran tratar esa enfermedad o por lo menos contrarrestarla.



                                    Bajamos a Mauro y lo acostamos en mi propio cuarto, él estaba
                                    consciente, pero bastante débil, solo nos miró no dijo nada y

                                    luego se quedó dormido sabiendo que estaba a salvo de momento,
                                    Máximo y yo salimos y luego él se volvió para ir a ver a Cleo.



                                    El perro seguía ladrando, cuando salí, vi a Laura sentada junto

                                    a la fuente que coronaba las tres casas y hacía de tanque de
                                    unos tres mil litros aproximadamente.



                                            —Gracias por traerme —dijo en voz baja y tosiendo.

                                            —Eres parte de la familia —recuerdo decirle.



                                    Estuvimos en silencio unos momentos y escuchamos el viento
                                    balancear los árboles, me di cuenta de que en esa altura no se

                                    escuchaba nada de aullidos y gemidos, y se percibía poco de
                                    aquel horroroso hedor a descomposición que ahora siempre salía

                                    de la ciudad, mire la cortada de Laura.



                                            —Tengo que amputar —le dije con nerviosismo.
                                            —¿Me dolerá? —dijo Laura mientras me miraba con valentia.

                                            —¿La verdad?



                                    Ella percibió la respuesta y bajo la cabeza, soltó una risita.



                                            —Que sea lo que tenga que ser. —dijo.
                                            —Todo acabara pronto. —le dije con voz serena.



                                    Asentí lentamente con la cabeza y la lleve hasta la casa

                                    de mi abuelo, antes de eso, me lave con el agua del mismo tan-
                                    que y me cepille bien los brazos y la espalda, me quite todo




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