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RUMI, SHAMS Y SHAB’I ARUS
Contestó:
- Me apresuro hacia la felicidad, como si todo mi cuerpo
fuera labios que sonríen. Ahora, la sonrisa de los labios es
diferente a la de antes.
Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) dijo:
“No compares a los que sonríen en su lecho de muerte con
la vela. Solamente los que se derriten como una vela en el camino
del amor podrán desprender la fragancia del ámbar.”
Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) dejó este mundo y paso al Otro sonriendo con
los labios del nafs, mientras llegaba a la noche de bodas, shab’i
arus, a la que añoró durante toda su vida. Su comunidad le
lloraba, pero en el ataúd, el viajero a punto de reunirse con el
Amado, sonreía.
Sultán Walad, hijo de Rumi (ﻩﺮﺳ ﺱﺪﻗ) en su libro “Ibtida”,
describe de esta manera el funeral de su padre:
“El glorioso sultán partió de este mundo en el año 672 según
el calendario de la hégira, 1273 del calendario cristiano. Los
corazones lloraban, incluso en las vecindades no-Musulmanas.
Los sinceros le eran fieles; los seguidores de todas las religiones
le amaban.
La gente dijo:
- Es un reflejo de la luz del Profeta Muhammad, portador de
conocimiento. Es un océano de virtudes sin límite.
Nadie ese día estaba tranquilo a causa de la tristeza. Todos
repetían:
- ¡Fue un gran tesoro! Se ha escondido debajo de la tierra.”
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