Page 45 - BI TESTI SU.indd
P. 45
LÁGRIMAS DEL CORAZÓN
éste, que en el desierto no hay nada mejor que el agua, y que
aunque él tiene verdaderos tesoros, nunca ha probado agua
más especial que ésta.
La mujer no sabía que un gran río de agua dulce
atraviesa Bagdad, lleno de barcos y pescadores. Cosió un
saco de fieltro, cerró bien la botija y la metió dentro de
él; luego cerró bien el saco, convencida de que sería un
precioso regalo para el Califa.
Dijo el marido:
- Sí, hay que cuidar mucho de ella. Es un regalo de gran
valor. No hay agua más sabrosa y pura que ésta en todo el
mundo.
Cuando el beduino llegó ante las puertas del palacio del
Califa, le recibieron allí los cortesanos y derramaron sobre
él un poco de agua de rosas. Se dieron cuenta en seguida de
cuál era su objetivo. Éste les dijo:
- ¡Oh gente respetable! Soy un pobre habitante del
desierto. He venido aquí en busca de dinero. Cuando llegué,
me deslumbró su brillo. Llevad este regalo al Sultán y salvad
a su siervo de indigencia. Es una botija de agua pura de
lluvia que nosotros mismos hemos recogido.
Los cortesanos sonrieron y aceptaron la botija como
si fuera un objeto excepcionalmente precioso. Desde luego
que la gracia y el buen carácter del Califa se reflejaba en sus
cortesanos. El Califa aceptó el regalo de muy buena gana.
Les dijo:
44