Page 303 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González



               Conocía muy bien la homeopatía, la botánica y las propiedades curativas que poseían
            las frutas y animales. Se hizo famoso por lo acertado que era para curar enfermedades
            que los médicos tradicionales no descubrían. La otra fama que adquirió, fue por haber
            inventado la famosa “pomada Guerra” que, en mis tiempos (1975), servía para todo y
            que actualmente (2020), es la que venden los indígenas Witotos o ecuatorianos, que
            se ubican en distintas partes de Bogotá, donde la venden como si ellos hubieran sido
            los que la inventaron, la venden en caja redonda, metálica y con etiqueta de “pomada
            peruana” de coca, de color verde, pero la original era de color rojo y valía 100 pesos la
            caja metálica, se llamaba “pomada curativa”.


               Ustedes se preguntaran, y Beto porque sabe esta historia de la pomada…? Y Beto,
            con mucho gusto (como decía novienes Díaz, perdón, Diomedes Díaz), se la cuenta.
            Cuando salía de trabajar de mi turno en Coca-Cola, ya fuera de 6 de la mañana a 2 de
            la tarde o de 2 de la tarde a 10 de la noche, en la portería norte, que era donde se abor-
            daba el bus de la ruta, siempre se paraba un señor con un maletín grande tipo médico
            de color café y nos ofrecía la “pomada curativa”, yo compraba por media docena, ya
            que si era curativa, curaba de todo, la recomendaba mucho. Un día cualquiera, tuve la
            oportunidad de hablar con ese señor y con mi olfato de periodista que me caracteriza,
            logré averiguar que era el hermano de mi cuasitio Raúl, lo reconocí por que se parecía
            mucho al cuasitio Raúl, era muy evidente, tal y como me lo había descrito mi madre,
            además estuve seguro por los comentarios que me hizo respecto a la tía Elvira, ella si
            debía haber sabido que se hizo la fórmula de la pomada. Para mí, esta era la famosa
            “pomada Guerra” y así se lo hice saber al hermano de mi cuasitio Raúl.










































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