Page 12 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza
nOTA dEL AUTOR
UnA LEyEndA dEL fúTbOL ECUATORiAnO
iempre deseé fervientemente escribir un libro que reseñe la vida
de Ernesto Guerra. Para mi, es uno de los más grandes personajes
Sque brotó en esta tierra de fútbol. El primer grito de gol que
tengo grabado en mi memoria, lo disfruté a los seis años. Nació de sus
piés. Fue el día que le marcó a Néstor Errea, el golero de la selección
argentina, en el célebre partido que se jugó el 6 de diciembre de 1960.
Supe después que fue una dulce revancha, porque los rioplatenses
habían despachado días antes a la selección ecuatoriana de la opción de
alcanzar el boleto para el Mundial de Chile 1962. Fue un terremoto de
euforia, que pareció tirar al piso la estructura del Atahualpa, abarrotado
hasta el último escaño. No lo olvidé nunca más. Era un jugador para
emular. Un ejemplo de pundonor y casta, que el incipiente uso de
razón que me acompañaba grabó para siempre.
No fue la única de sus jornadas memorables. Con la blusa de la selección
de Pichincha fabricó gestas inolvidables. Un día de 1963 acabó con
el invicto del linajudo Peñarol con un cabezazo inmortal que dejó al
portero Luis Maidana, petrificado en la raya de gol. No fue un triunfo
cualquiera, porque los ‘charrúas’ eran los dueños de América y se
paseaban por el mundo, encarando giras para mostrar su poderío y a
esa perla de goleador que fue Alberto Spencer.
Se agrandaba en los choques internacionales, que fueron múltiples
en esos tiempos. Pulseó con las grandes figuras mundiales del fútbol.
Se retrató para la eternidad y estuvo frente a frente con Pelé, Adolfo
Pedernera, Zózimo, Alfredo Di Stéfano, Garrincha, Amadeo Raúl
Carrizo, Ferenc Puskas, Ángel Amadeo Labruna, Néstor ‘Tito’
Goncálvez, José Francisco Sanfilippo, ‘El Nene’, un petiso diabólico
que aparecía en el área como un fantasma.
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