Page 284 - Libro_Sars_Cov_2_Digital
P. 284

En cualquier caso, parecía una película de terror, tanto dentro del hos-
            pital con la situación ya descrita, y afuera con las calles vacías, por el
            confinamiento de la población. La ciudad se sentía muerta.
               Mi primer turno en dicha dependencia fue pesado, dado que el piso
            estaba lleno, con pacientes críticos y en malas condiciones. Sin medi-
            cación y tratamiento claro contra el virus, resultaba complicado darle
            batalla. Ese día fallecieron dos de los presentes, lo cual despertó en mí la
            sensación de impotencia ante la escaza posibilidad de hacer algo más al
            respecto. Ni qué decir del temor inicial al cruzar el umbral de la puerta
            hacia el área crítica.
               Me correspondió hacerlo por un hombre de cincuenta y cuatro años
            de edad, con pronóstico reservado, quien requería oxígeno a alto flujo y
            posible intubación. Era necesaria una gasometría, para solicitar intercon-
            sulta a otra sala, considerando que había cinco pacientes críticos en el
            sitio, pero una sola cama en cuidados intensivos, siendo firme la disposi-
            ción de que pasaría el más joven de los presentes, con mayor posibilidad
            de sobrevivir; ese era el caso de aquel paciente, quien luego del examen
            comentado, pasó a dicha unidad.
               Era y sigue siendo un momento complicado para el personal de salud;
            la pandemia obliga a tomar este tipo de decisiones, las mismas que no son
            sencillas, dado el constante crecimiento de personas infectadas. Desde lo
            logístico, el hospital llegó a extenderse hasta siete áreas covid, cada una
            con capacidad de treinta y cinco personas, aproximadamente, además de
            cuatro áreas de intermedios y área de cuidados intensivos de emergencia
            y hospitalización.
               Pero no todo es o fue malo, también hay que hablar de lo bueno. Ce-
            lebramos mucho cuando un paciente salía a casa, y hubo una larga lista
            de quienes lo lograron, para reencontrarse con sus familias. De hecho,
            recibimos una carta de agradecimiento que decía lo siguiente: “Quiero
            expresar nuestro sentimiento de agradecimiento a los profesionales que
            laboran en esta prestigiosa institución en las áreas de emergencia y del
            área de covid 3, ya que por su labor en el tiempo de emergencia sanitaria
            y gracias a su pronto actuar, su profesionalismo y calidez humana, per-
            mitieron que mi padre lograra superar su patología”.
               Podría contarles estas y muchas historias, pero no me alcanzaría el
            libro y los relatos que tengo para hacerlo, quizás en una próxima edi-
            ción. Como médico tratante de esta enfermedad, les recomiendo que no
            se expongan, utilicen medidas de protección ya conocidas, pues sólo así
            estaremos bien nosotros y nuestras familias.






              284                                     Regreso al Indice
   279   280   281   282   283   284   285   286   287   288   289