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VI. EL JOVEN LOVECRAFT
por L. Sprague de Camp
El 20 de Mayo de 1975, mientras viajaba con mi esposa hacia Cincinnati para dar una
conferencia, me detuve para ver al Reverendo John T. Dunn M.F., el cual había conocido a
H.P. Lovecraft cuando éste contaba poco más de veinte años. Aunque el Padre Dunn había
nacido y vivido largo tiempo en Providence, Rhode Island, ahora es capellán honorario del
Mercury Hospital de Portsmouth, Ohio. Nació el 2 de Enero de 1889 – ahora tiene, por
tanto, ochenta y seis años – y era un año y medio mayor que H.P.L. Pernoctamos en el
hospital, donde fuimos tratados con mucha amabilidad. Hablé con el Padre Dunn durante
un par de horas en la tarde del 20 de mayo y otra hora más durante el desayuno de la
siguiente mañana. La mayor parte de la primera entrevista fue grabada en cinta. El Padre
Dunn explicó que en 1914, él y otros siete u ocho estudiantes asistían a clases nocturnas en
un instituto de enseñanza media situado en la zona norte de Providence. Eran jóvenes de
clase trabajadora entre los veinte y treinta años que tenían ambiciones literarias. Todos ellos
precisaban un curso avanzado de inglés. Dunn, que contaba entonces veinticuatro años se
ganaba la vida como fontanero. Tanto él coma sus compañeros tenían noticia del
movimiento periodístico amateur, y a instancias del periodista aficionado Edward H. Cole,
de Boston, decidieron fundar el Providence Amateur Press Club de Providence. El alma del
Club fueron Vector Basinet y una tal Miss Miller, habiendo sido Lovecraft un miembro
fundador. Cuando Lovecraft tenía veintitrés años, Dunn lo consideraba raro y hasta
excéntrico. En las reuniones, Lovecraft permanecía sentado rígidamente mirando con fijeza
hacia adelante, excepto cuando volvía la cabeza en dirección a la persona que le hablaba.
Cuando él lo hacía, su voz era baja y monótona. "El se sentaba así, mirando siempre
enfrente, ¿ve Vd. P Hacía una pregunta y volvía a su posición" decía el Padre Dunn.
"Todavía puedo verlo, tal como le he dicho, mirando fijamente hacia adelante; y él... ¡ha!...
el no ponía ningún énfasis en lo que decía. A veces, para subrayar alguna palabra o alguna
expresión se limitaba a mover la cabeza". "Me gustaba aquel muchacho", continuó, "No
tenía nada contra él, ¿sabe Vd.? Sólo que no estábamos de acuerdo; pero creo que eran
discrepancias, entre caballeros, ¿sabe?". Su principal motivo de fricción fue la cuestión de
Irlanda. Dunn, de ascendencia irlandesa, ya que su madre había nacido en Irlanda el año del
Hambre, era hiberniófiio y simpatizante del Sinn Fein. Lovecraft era extremadamente
anglófilo. "Decía que yo no tenía derecho a oponerme al dominio británico en Irlanda.
Decía: ¿no entregó el Papa – ¡ah! qué nombre tenía... cuarto... – Adriano I K .. no entregó
Irlanda a los británicos? Y yo le decía que no, ¿sabe Vd.? Pero él sabía Historia; sabía, al
menos, esta parte de la Historia". La única cosa de Lovecraft que no le gustaba a Dunn era
la costumbre que aquel tenía de llamar "Micks" a los irlandeses-americanos. Los perjuicios
étnicos y la famosa xenofobia de Lovecraft estaba entonces en todo su apogeo. La voz de
Lovecraft era aguda, aunque no se la podía calificar de chillona; Dunn decía que se parecía
a la suya propia. Lovecraft poseía un gran dominio de sí mismo y no perdía nunca la
compostura aún en la más acalorada discusión. "El... ¡ah!... nunca le vi mostrar el menor
signo de cólera, ¿sabe Vd.? Pero cuando escribía, lo hacía con gran fuerza; de esto no hay
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