Page 124 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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VIII


                     EL PRINCIPE PREDESTINADO






       Este cuento, cuyo final se ha perdido, es llamado Elprincipepredestina-

    doxo también E l principe hechizado1. El primero de los títulos es preferible,
    como corresponde a los hechos que forman la trama del relato.
       Un rey de Egipto (mu), cuyo nombre o época no son indicados3, no te­
    nía hijos: obtiene uno gracias a sus oraciones. Pero mientras que los dioses
    concedían al padre el objeto de sus deseos, las «Hathors» imponen al niño
    su destino: «Morirá por el cocodrilo, o por la serpiente, o incluso por el pe­
    rro». Ansioso, el soberano hace construir en el desierto una casa donde el
    joven príncipe debe vivir en solitario, sin contacto con el mundo exterior.
    Pero un día en que había subido a la terraza, el niño ve, por primera vez en
    su vida, a un perro que marcha detrás de un hombre; inmediatamente re­
    clama uno; el rey termina por ceder a sus demandas y le hace el obsequio
    de un pequeño lebrel. Animado por este éxito, el príncipe exige que le de­
    jen salir; le dan entonces un carro y se marcha, seguido de su perro, hasta el
    país de Naharina, es decir, a Siria. El soberano de este país tenía una hija; vi­
    vía también aislada, en una especie de torre, cuya ventana estaba a setenta
    codos por encima del suelo (algo así como treinta y seis metros). Numero­
    sos pretendientes aspiraban a su mano: el rey había prometido que la ofre­
    cería en matrimonio a aquél de los jóvenes que, saltando —volando» dice el
                                                  «

    texto egipcio—alcanzara la ventana. Justamente nuestro príncipe pasa por
    allí; participa en el torneo y es el único de los concursantes que alcanza la
    ventana en la que la jovencita le espera. Convertido en yerno del soberano,


       1Así Maspero. De igual forma Gardiner:  The Doomed Prince, v Peet:  The Foredoomed Prince.

       ■Erman:  Der verwünschte Priwç Ebers y Roeder: Der verwunschene Prin%. Un autor alemán de
    la época romántica, Eichendorff, escribió, bajo el título Der verwünschte Prin% un cuento que no
    tiene absolutamente ninguna relación con el cuento egipcio del que nos ocupamos.
       3   Comparar con el inicio, igualmente impreciso, del cuento de Apuleyo Psyché: erant in qua­
    dam duitate rex et regina, o el de hü  bella durmiente del bosque, de Ch. Perrault, «Il y avait une fois un
    roi et une reine qui étaient si fâchés de n’avoir point d’enfant,..».
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