Page 153 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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160 MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA
del Mar51 no te arrebate; (tú) no podrías salvarte de él, pues (tú) no eres,
después de todo, más que una mujer52. Mi corazón está colocado en lo
alto de la flor del pino real, y si otro lo encuentra, habré de batirme con
él». Y le desveló todo lo concerniente a su corazón33.
La trenca de cabellos
Y después de muchos días tras esto, Bata se fue a cazar, según su cos
tumbre cotidiana. /[10,5] Entonces la joven salió para pasearse bajo el
pino real que estaba al lado de su casa. Y he aquí que ella vio al Dios del
Mar que balanceaba sus olas tras ella; huyó corriendo y volvió a la casa.
Pero el Dios del Mar interpeló al pino real diciendo: «¡Cógemela!». Y el
pino le llevó una trenza de sus cabellos. Entonces el Dios del Mar la llevó
a Egipto y la depositó en el lugar (donde trabajaban) los lavanderos del
faraón, V.P.S. Y el olor de la trenza de cabellos pasó a los vestidos del Fa
raón V.P.S., y Se54se enfadó con los lavanderos del /[10,10] Faraón V.P.S.
diciendo: «Hay olor de ungüentos en los vestidos de Faraón V.P.S.». Que
rellaba así con ellos cada día, /[11,1] y ellos no sabían ya que era lo que
debían hacer. El jefe de los lavanderos del Faraón V.P.S. fue a los lavade
ros; tenía el corazón extremadamente afligido a causa de estas querellas
cotidianas. Se paró, permaneciendo sobre la arena(P), frente a la trenza de
cabellos que estaba en el agua. Hizo bajar (a alguien al agua) y se la lleva
ron: siendo el olor cada vez más agradable, la llevó al Faraón, V.P.S. Fue
ron a buscar a los escribas y a los sabios del Faraón V.P.S. Ellos dijeron al
Faraón V.P.S.: «Esta trenza de cabellos /[11,5] pertenece a una hija de
Pra-Harakhti en quien está la semilla de todo dios. Es un presente para
ti35(venido de) otro país. Haz pues que vayan mensajeros a todos los paí-
31 Lit. «el Mar» p ! ym , personificado, o más exactamente representado como un dios aná
logo al Yarn fenicio. Ya habíamos encontrado a este dios, tiránico y perverso, en un cuento del
final de la dinastía XVIII, donde se le ve imponiendo su dominio a una Enéada egipcia sin vo
luntad y sin fuerza (véase más arriba, p. 123). Aquí, en su propio terreno, la costa de Fenicia, el
dios ejerce su violencia v molesta a una hija de los dioses de Egipto.
Una mujer incapaz de defenderse contra los asaltos del Dios del Mar. La interpretación
de este pasaje, propuesta por Sethe en ZAS 28 (1891), p. 124, se obtiene sustituyendo dos ve
ces el pronombre fem. de 2.a pers. .t (la mujer sentada) por el pronombre mase, de 1/ pers. .i
(el hombre sentado). Es preferible a la traducción «yo no podría... pues no soy más que una mu
jer como tú»: es preciso resaltar que no se tiene en cuenta ya, en la segunda parte del cuento, la
mutilación que Bata se había infligido, y que es realmente el marido (h íy 1. 12,4) de la joven que
los dioses han creado para que no permanezca solo. Sus diversas aventuras y metamorfosis in
dican además que, convertido en una especio de ser sobrenatural, ha recobrado plenamente su
potencia viril. Cfr. nota 46.
5-’ Lit. «el le abrió (explicó) su corazón todo entero»: revela a su mujer su secreto.
34 «Se» (íw determinado por el halcón totémico) designa al Faraón. Lo mismo en 1. 12,3 y
con frecuencia en lo que sigue (cfr. nota 65).
33 O simplemente «es un presente (venido de) otro país». Véase la discusión en la edición
de Gardiner, p. 21 a.