Page 106 - Guía Metodológica Vocacional XXIII
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A pesar de que los Padres hacen hincapié en el hecho de que
          las  virtudes  son  inherentes  a  la  naturaleza  misma  del  ser  humano,
          muestran el carácter dinámico de este tema al afirmar que al hombre
          no  se  le  dieron  las  virtudes  consumadas.  Para  la  realización  de  las
          virtudes,  poseídas  en  germen,  como  semillas,  se  requiere  la
          participación activa del hombre. Sumada a la referencia biológica, en
          este sentido algunos Padres entienden el mandamiento divino a Adán
          y Eva: “sean fecundos, multiplíquense” (Gn 1,28). El Señor, al darnos
          esta  capacidad,  ha  permitido  que  seamos  los  artesanos  de  la
          semejanza con Dios.

                 Por otro lado, es de suma importancia ayudar a comprender
          que, por la realidad del pecado personal, las propias fragilidades y las
          humillaciones vividas que abrieron heridas en el corazón, las virtudes
          se pueden marchitar y de alguna manera se pierde la semejanza. Sin
          embargo,  no  hay  nada  que  pueda  “robar”  la  imagen  de  Dios  en  la
          persona,  esa  presencia  de  Dios  en  lo  más  profundo  de  su  ser.  La
          imagen puede quedar alterada o velada pero nunca anulada. Por eso,
          el  camino  espiritual  es  hacer  resplandecer  la  imagen  de  Dios
          reconociendo las virtudes y dones para que éstas crezcan y cada vez
          más nos asemejemos al Hombre Nuevo que es Cristo (cf. Ef 2,5).

                                          Ejercicios


                Pedido de gracia: Conocerme como don de Dios y tener un
                 corazón agradecido.


                Preparación:  visualizar  con  la  imaginación  cómo  el
                 “alfarero” realiza su obra primera. Ver al Padre, al Hijo y al
                 Espíritu Santo pensándome, formándome… amándome.


                Primer  ejercicio  personal:  Dibujar  el  árbol  de  mi  vida
                 identificando  cinco  logros  o  conquistas  personales.  Estas
                 pueden ser muy simples y pequeñas. Lo importante que sean
                 significativas  para  la  persona.  Esas  conquistas  deben
                 colocarlas  dentro  de  los  frutos.  Luego,  identificar  la  virtud,
                 actitud  o  talento  que  puso  en  práctica  para  alcanzar  esa

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