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pan todo el sustento que él necesita. Él sabe que si eso es lo
completa emuná en que Hashem infundió en ese pedazo de
seco, él sigue sintiendo que no le falta nada, porque cree con
de comer y de beber. E incluso si solamente tiene agua y pan
El Simple está muy contento con todo lo que Hashem le da
alababa cada bebida como si realmente la estuviera bebiendo.
sucesivamente. Cada vez ella le daba agua, y él disfrutaba y
agua y él la alababa igual que antes: “¡Dame vino!” y así
“¡Qué maravillosa es esta cerveza! ¡Dame miel!”. Ella le daba
de beber cerveza!”. Ella le daba agua y él la alababa diciendo:
De la misma manera, le decía a su mujer: “Esposa mía, ¡dame
virtud de su simpleza y su gran alegría.
saboreado en el pan el sabor de cada comida que deseara, en
comiendo la comida que había pedido. En realidad, había
preparada que estaba y lo deliciosa que era, como si estuviera
se deleitaba mucho y alababa cada comida, diciendo lo bien
en lugar de cada comida, ella le daba un pedazo de pan. Él
Entonces él le mandaba servirle carne y demás manjares y
arrogante y siente que nada está a “a su nivel”.
las gracias ni lo que significa ser feliz. Esto se debe a que es
los defectos de cada cosa y obviamente no sabe lo que es dar
todo. Por el contrario, el Sabiondo solamente sabe encontrar
halaga a su esposa y le da las gracias continuamente. Y así con
sabe dar las gracias por cada cosa. Vemos, por ejemplo, que
Uno de los atributos más maravillosos del Simple es que
alababa y decía: “¡Qué salsa tan fina y tan deliciosa!”.
cortaba otro pedazo de pan y él se lo comía. Entonces él lo
Entonces él le decía: “Dame legumbres con salsa”. Ella le
lo comía.
dame algo de comer”. Ella le pasaba un pedazo de pan y él se
Capítulo Tres: La Simplicidad | 101
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Capítulo Cuatro: El regalo de la vida | 117 que consiste en saber que todo –pasado, presente y futuro– es En esta historia, descubrimos la dulzura de la simplicidad, con él ni tiene por qué interesarle. logran hacer las cosas mejor que él. Eso no tiene nada q
por ejemplo, la humildad, la responsabilidad, el éxito y la le haría daño. Mientras uno no tenga éxito, tiene que saber
abundancia, el éxito le resultará nocivo. que ese es su “zapato triangular”, y tiene que alegrarse con
él y creer con emuná completa que eso es lo mejor para él,
Mientras uno no se haya librado de todo rastro de arrogancia, sabiendo que Hashem lo está supervisando y que no le
su éxito no tendrá bendición. A fin de obtener los beneficios negará su justa recompensa. Y tiene que saber que Hashem
intrínsecos de una situación que nos resulta desagradable, finalmente le permitirá que tenga éxito, cuando llegue el
como por ejemplo, un fracaso, debemos percibirla bajo la luz momento indicado, por su propio bien eterno.
de la emuná. Esta es la lección que aprendemos del Simple:
“Esto es lo que Hashem quiere para mí por ahora. Hashem En el caso del Simple vemos en forma clara que si él hubiera
quiere que yo mejore. Y voy a esforzarme por mejorar, alcanzado el éxito, sin lugar a dudas eso lo habría perjudicado
pero mientras tanto, voy a aceptar mi falta de éxito (o sea, y por eso recién cuando llegó el momento indicado, el Simple
mi propio “zapato de tres puntas”) con emuná, ya que esto alcanzó la grandeza. De hecho, vemos que incluso después de
también proviene de Hashem y es para mi propio bien”. Todo haber obtenido fama, prestigio y honores, él siguió siendo el
revés que uno sufra, por peor que sea, es ciertamente mejor mismo Simple de antes.
que la arrogancia. Por lo tanto, si el éxito nos trae arrogancia,
entonces no es bueno para nosotros. Eso es lo que enseña Rabí Najman de Breslev en el Sefer
HaMidot – El Libro de los Atributos (teshuvá 1):
La verdadera fortaleza consiste en admitir que Hashem sabe
mucho mejor que nosotros qué es lo mejor. La persona que se A aquel que se inicia en el servicio Divino, el Santo
esfuerza por alcanzar la genuina fortaleza de carácter prefiere Bendito Sea le dice: “Yo sé que tú anhelas servirme, pero
una mejora real a un éxito superficial. ¿qué garantía tengo de que mañana no Me abandones?
Por lo tanto, esto es lo que harás: al principio, ámame
Hashem siente una enorme gratificación cuando la persona así y cumple con Mis preceptos, si bien todavía
es feliz con lo que le tocó en la vida, incluyendo los fracasos no percibes la sabiduría del precepto. Sírveme con
tanto como los éxitos. Esa es la manifestación de la verdadera simpleza, sin entender el porqué. Entonces, después
emuná. de que Me hayas servido así, sin entender, creeré en ti
y te revelaré el sentido y la sabiduría de cada cosa y te
Mientras uno no sea feliz con sus carencias, no podrá ser acercaré a Mí de muchas y variadas formas. Todo ese
feliz en la vida. Por ejemplo, los grandes tzadikim sabían que tiempo que Me serviste al principio es la garantía de
tenían muchas faltas, pero igualmente vivieron con alegría, que no Me vas a abandonar después.
deleitándose con cada plegaria y con cada precepto que
cumplían. Por supuesto que anhelaban perfeccionarse, pero Fijémonos bien: ¿dónde es que la mayoría de la gente tropieza?
mientras tanto, eran absolutamente felices con lo que les había En el momento en que quieren mejorar la situación en la que
tocado en la vida. se encuentran. Y de hecho tienen razón en querer mejorar la
situación, porque esa es la voluntad de Hashem. Pero cuando
les sale “un zapato triangular”, se quiebran y no logran
Antes y después conectar el fracaso con la emuná. Sin embargo, se equivocan:
Hashem quiere que la persona mejore, ¡pero solamente cuando
Debemos ser conscientes de la tremenda diferencia existente Él lo decida! Debemos recordar que Hashem es el único que
entre la forma en que actuamos “antes” y la forma en que sabe cuándo conviene que la persona tenga éxito. Mientras
actuamos “después”. uno todavía no cuente con las herramientas necesarias, como