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servirlo? Ningún ángel puede jactarse de que puede
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112| En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Tres: La Simplicidad
La fórmula secreta
Hasta ahora hemos explicado que el Simple era consciente de
sus faltas y también era consciente de las consecuencias que
dichas faltas tenían en su sustento, pero que a pesar de todo,
él era una persona feliz. De hecho, el Simple no sólo sufría
desde el punto de vista financiero sino que además todos se
burlaban de él y lo ridiculizaban, que es un tormento mucho
peor aún que la pobreza. Además no tenía a nadie que le
diera palabras de aliento e incluso su propia mujer no lograba
entenderlo. No obstante, él seguía firme en su emuná y era
tan feliz con los zapatos que hacía que hasta se ponía a bailar
de la felicidad.
Querido lector, presta mucha atención: el zapato triangular
es un constante recordatorio para el Simple de lo difícil que
es su vida –que tiene una mente simple, que no tiene éxito en
lo que hace, que no logra entender nada como es debido, que
su sustento es escaso, que todos se burlan de él. Sin embargo,
a pesar de todas estas carencias, él sigue alegre, porque sabe
que estas son las circunstancias en la que lo puso Hashem
para que pueda llevar a cabo la rectificación de su alma y para
que pueda cumplir con su misión en la vida.
De hecho, esta es la fórmula secreta para ser feliz: en primer
lugar, tienes que ser consciente de tus faltas y tienes que creer
con emuná completa que esa es la situación ideal para ti.
Si ignoras tus faltas o si te engañas pensando que no tienes
faltas, entonces jamás podrás alcanzar la verdadera felicidad,
porque no estás actuando con emuná y la felicidad que no se
basa en la emuná no puede de ningún modo ser genuina.
¡Sí! ¡Me refiero también a ti!
Así como el Simple es feliz con sus carencias, así también cada
uno de nosotros debemos ser felices con las nuestras. Está la
persona que sufre de una incapacidad. Está el otro que tiene
pizca de la grandeza del Creador puede pretender
grandeza. ¿Acaso aquel que concibe siquiera una
pretender servir a Hashem de acuerdo con Su
En lo referente al servicio Divino, no sé quién puede
| 97 los padres jóvenes se llevan mucho mejor con sus hijos. y le resulta mucho más fácil adaptarse al otro. Además, estabilidad y un rumbo claro en la vida. muchas veces tienen los jóvenes solteros y alcanza uno deja
problemas financieros. Está ese otro que tiene problemas
conyugales. El otro tiene problemas con los hijos. Ese otro
tiene problemas con los padres, etc. Pero en todos los casos,
sin excepción, tenemos que creer con una emuná completa
que Hashem no se ha equivocado y que las carencias que
sufre son las mejores circunstancias posibles para su caso
específico, para que logre la rectificación de su alma.
En general, la persona piensa: “Si yo sufriera de un problema
con el cual uno puede vivir normalmente, la aceptaría sin
problemas. Pero el problema que tengo me limita; me impide
hacer cosas importantes que tengo que hacer y por esa causa,
me veo incapacitado de hacer muchas cosas. Entonces ¿cómo
se puede pretender que lo acepte y me ponga a bailar de la
alegría?”.
La respuesta es que el Creador sabe perfectamente todo lo que
uno piensa y Él sabe perfectamente todas las consecuencias
de ese problema que tiene, y también sabe que esas son las
circunstancias exactas en las que esa persona puede alcanzar
su perfección.
Nunca hay que desesperarse. De hecho, los grandes tzadikim
alcanzaron tremendos niveles espirituales precisamente
en virtud de las desventajas que tuvieron en la vida. Por
ejemplo, Rabí Janina ben Dosa, por cuyo mérito todo el
mundo subsistía, era tan pobre que ni siquiera tenía pan para
comer y solamente comía algarrobas. De la misma manera,
hubo muchos tzadikim que no tuvieron hijos (como por
ejemplo el Rebe de Lubavitch) pero que, no obstante, con sus
bendiciones hicieron que muchas mujeres estériles tuvieran
hijos. Los ejemplos abundan.
La gente suele cometer el error de pensar que los tzadikim son
personas felices debido a que nacieron en cuna de oro. Craso
error. De hecho, el que aceptaran con emuná y con alegría las
dificultades que tuvieron en la vida es lo que los convirtió en
grandes personas.