Page 10 - Confesiones de mi alumno
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II
Los chicos de ahora no son como antes, ni cómo creen los padres. Ellos juzgan
de lo que ven desde afuera, en cambio nosotros los vemos dentro. Conocemos
sus emociones y sentimientos y lo que pasa en el salón. Por lo general ellos
hacen lo que les gusta hacer, quiero decir que hacen lo que quieren, a eso ellos
llaman vocación, pero nada más lejos de la verdad.
Entre todos los alumnos que conocí en ese colegio Enrique era distinto, y el que
me buscaba más para pedirme algún consejo. No estoy seguro si este me
obedecía, si recibía bien mis consejos, y es que era tan diferente en todo a los
demás, que pronto se notaba su presencia y su ausencia hacia diferente todo el
salón.
Ha pasado una semana y Enrique, mi alumno, parece ya no importarle su
compañera. La miraba de lejos, con desprecio “¿Cómo una persona que amo
puede odiar tan pronto?” Me pregunte. Se alejaba de Celia, eso parecía.
Lo veía solo estudiando en algún rincón del colegio. En su mano derecha sostenía
su cuaderno y con la izquierda se golpeaba la cabeza repitiendo lo que había
copiado, como si de esa forma fijara mejor sus conocimientos.
Algunas de sus compañeras le tienen miedo, y a veces prefieren estar lejos de su
lado ¿Qué habrá hecho el muchacho? Cómo era posible que el alumno más
apreciado por los docentes, sea el más despreciado entre sus compañeras, no
entendía. Que me importaba a mi todo esto, al fin y al cabo eran cosas de
adolescentes.
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