Page 9 - Confesiones de mi alumno
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Después de haber leído su carta le aconseje que no insistiera con ella, que se
alejara. Nada ganaría estando con ella, solo desprecio, pues aunque él no
entendía bien esto, el amor era una mezcla de felicidad y dolor: un sacrificio
extremo que él no estaba dispuesto a hacer.
―No tiene sentido sufrir por una mujer que no te ama, ni te conoce, deberías
dedicarte a estudiar ―le aconseje.
― ¡Eso hago profe! pero quiero estar con una chica ―me respondió el
desgraciado, así le llamaban sus compañeras cuando se molestaban con él.
―Cuando termines el colegio tendrás tiempo para amar ―quería convencerle
que era posible amar a otra y de otra forma, entonces me salió con otra
pregunta.
―Profe, ¿crees que le guste? ―Como si yo supiera la respuesta.
―La verdad, la verdad no sé, pero si ya te ha respondido a tu carta, creo que ya
está claro ―hable, pero el insistía en seguir amándola, aunque sea
platónicamente.
―¿Qué me recomiendas, profe? ―Volvió a preguntarme.
―Dedícate a estudiar, ¡no me entendiste!― levante la voz y me apresure a
despedirme.
―¡Nos vemos mañana¡ ― acelere mis pasos y pensé: “a mí me pregunta sobre
el amor ¿qué sabe una persona que nunca ha amado? Un analfabeto
como yo, que nada sabe sobre esa ciencia y ese arte”
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