Page 19 - Confesiones de mi alumno

―Profe, te cuento algo, me gusta una chica, ¿qué hago profe? ―hablo como

lamentando su debilidad.

―Bueno, deberías preguntarle a tu papá ―le respondí― pero el insistió

con su pregunta.

― ¿Qué me aconsejas, profe?

―No sé. Yo pienso que los amores en la adolescencia son pasajeros y no duran,

pero son hermosas experiencias que enseñan ―le respondí.

―¿Crees que está bien profe?

―¿En qué grado esta? ―pregunte

―En quinto “B” ― me respondió.

―¿Y ella te quiere? ―pregunte― Quería saber si era un amor correspondido

y si no, igual iba a sufrir.

―¡Mucho se acerca a mí, profe! ―me dijo.

―Otra vez te estas confundiendo, a lo mejor ella se acerca por otro motivo,

quizá para que le ayudes con la matemática ―supuse que era así.

―¿Tú crees profe? ―miro a su alrededor para asegurarse que nadie venia.

―No sé, tú la conoces más y si no, deberías conocerla ―le aconseje.

Así paso aquel día, lleno de dudas, y llego la noche y seguíamos hablando de

naderías, de temas que para mí eran importantes para escribirlo en mi diario,

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