Page 22 - Confesiones de mi alumno
P. 22

―¡No estoy seguro¡   ―y seguimos caminando como dos amigos, no    como

                  profesor, ni el como alumno. Llegamos a una esquina  y pensé  que se iría a su


                  casa, pero él quería seguir hablando.



                  ―¿Profe, anoche estuviste en tu cuarto?   ―pregunto.


                  ―No, volví muy tarde  de la cena      ―le respondí.


                  ―Es que en esta esquina, anoche con mi amigo saliendo de internet   gritamos



                    con todas nuestras fuerzas  ¡¡me gusta el porno!!  ¡¡ Me gusta el porno!! ¿No

                   escuchaste profe?  Volvió a preguntarme.



                  ―¡No! para nada     ―le respondí incómodo―  Entonces supe aquella noche que

                   aquel   joven  con  el   que   había   hecho   amistad  no estaba bien, y  a  lo mejor

                    estaba         enfermo. Mas como saberlo si en la clase era el más aplicado; pero

                  en la calle      irreconocible  ¿cómo saber su mal?  Era   esto  acaso  un ejemplo de

                   genialidad y locura, no entendía, y ahora   estaba   en la obligación   de estudiar,


                   de investigar,     para descubrir su   mal del que tanto hablaban mis colegas.

























                                                            Página

                                                            22
   17   18   19   20   21   22   23   24   25   26   27