Page 26 - Confesiones de mi alumno
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―!Profe necesito estar con una chica! ―había curiosidad en su respuesta,
propia de un adolescente.
―¡Y dale hombre con lo mismo, por qué no te dedicas estudiar! ―le aconseje.
―Pero sí estudio profe ―me mostro sus libros.
―Bueno, eso está bien ―le dije.
―Profe te voy a confesar algo ―hablo todo serio.
―¿Qué será? ―pregunte, interesado en lo que iba a decir
―Profe, me gusta otra chica.
―¡Estas confundiendo el amor con el deseo! ¿Cómo se llama? ―interrogue,
pero él no quería decirme su nombre, sospeche de una, de una señorita, la
más alta, una flaca que se parecía a él, entonces le advertí.
―Te vas a meter en problemas.
―¿Tú crees profe? ―me pregunto.
―¡Sí! dedícate a estudiar ―le volví a repetir la idea, pues dicen que repetir
es una buena forma de fijar las ideas en el cerebro.
Extendí la mano luego para despedirme, pero Enrique quería seguir hablando.
Me quede un instante en silencio, y cuando al fin entendió respondió a mi
despedida y se fue a su casa.
Pasaron días, cuántos, apenas recuerdo. No sé si me hacía caso. Yo creo que él
hacia sus cosas a escondidas, para que yo no las supiera. Si me veía solo se
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