Page 600 - Auge y caída del antiguo Egipto
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utilizada  por  los  ejércitos  invasores  libios  a  finales  del  Imperio  Nuevo,  las
               ofensivas aliadas en El Alamein, en julio y octubre de 1942, marcaron un crucial

               punto de inflexión en el curso de la Segunda Guerra Mundial. Según la famosa

               frase  de  Churchill,  El  Alamein  fue  «el  fin  del  principio».  Resultaría  irónico,
               pues, que solo catorce años más tarde la catástrofe de la crisis de Suez —que de

               nuevo vio luchar a los ejércitos por un pequeño rincón de Egipto— señalara el

               principio del fin para el Imperio británico.

                  Desde  el  choque  de  las  antiguas  civilizaciones  hasta  la  guerra  fría,  y  aun
               después, Egipto se ha encontrado en el centro de los acontecimientos: «¡Si los

               hombres pudieran aprender de la historia, qué lecciones podría enseñarnos!».             1

                  Junto con la importancia geopolítica de Egipto, su profunda influencia cultural
               también  se  ha  dejado  sentir  ya  desde  que  César  navegara  por  el  Nilo  con

               Cleopatra.  Junto  con  otras  exportaciones  más  materiales,  el  culto  a  Isis  fue

               llevado desde Egipto a todo el mundo romano, llegando incluso hasta las costas

               de Gran Bretaña. Su impacto fue tan significativo como duradero, sobre todo en
               los antiguos territorios egipcios en Oriente Próximo. Pese a la proscripción de

               los cultos «paganos» por parte del emperador Justiniano en el año 553 de nuestra

               era, el profundo manantial de la antigua religión egipcia demostró ser una fértil
               fuente para el desarrollo del cristianismo inicial: para Isis y Horus, sustituidos

               ahora por la Virgen y el Niño, la iconografía (y una gran parte de la teología

               subyacente) siguió siendo prácticamente idéntica.
                  En un nivel subconsciente, el atractivo de la civilización faraónica resultaría

               irresistible para los romanos y sus sucesores en Occidente. Empezando por la

               villa de Adriano en Tívoli y los frescos pseudoegipcios de Pompeya, y siguiendo
               hasta el presente con las joyas art déco y el hotel Luxor de Las Vegas, el antiguo

               Egipto ha seguido ejerciendo una poderosa influencia en el arte y la arquitectura

               occidentales.  También  diversos  individuos  y  movimientos  populares  se  han

               apropiado de ideas faraónicas en aras de su causa particular. Ajenatón, por poner
               solo  un  ejemplo,  ha  sido  asimilado  como  modelo  que  seguir  por  los

               psicoanalistas  freudianos,  los  fundamentalistas  protestantes,  los  fascistas,  los
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