Page 300 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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sin intereses durante un trienio si el deudor ofrecía previamente al pue
blo una garantía del doble en bienes raíces» (Ann., 17, 3-4).
Se pueden recordar incluso los desvelos de Tiberio por la pobla
ción de Roma con ocasión de una de las inundaciones del Tiber en el
año 15, que afectó a los barrios bajos de la ciudad donde residía la po
blación más necesitada. En el senado se deliberó sobre «si era conve
niente desviar ríos y lagos que aumentaban el caudal del Tiber para
impedir así sus crecidas» (Tic., Ann., 1,76-78; Dio, LVIII, 26,5). Y ade
más Tiberio cumplió regularmente con la distribución de alimentos a
la plébsfrumentaria.
Algunas de las críticas vertidas sobre Tiberio tienen otra dimen
sión si contextualizamos las valoraciones negativas de los autores an
tiguos. En primer lugar, la escasa labor edilicia de la época de Tibe
rio después de las grandes obras realizadas por Augusto, que «recibió
una ciudad ruinosa y la devolvió toda de mármol» (R. G. XIX-XXI),
puede encontrar cierta justificación en la ausencia de necesidad de
seguir haciendo grandes obras. Por otra parte, la responsabilidad
de dar pocos juegos no fue sólo de Tiberio; desde Augusto, los em
peradores tendieron a monopolizar o a servir de intermediarios en la
relación establecida entre el pueblo y el donante de unos juegos y es
pectáculos45. Sin duda, el pueblo perdió alguna oportunidad de per
cibir donativos especiales durante los juegos. Más aún, algunas deci
siones políticas tomadas bajo el gobierno de Tiberio, como la limi
tación a los histriones que ridiculizaban a los magistrados y
contribuían a crear discordias sociales, no podían tener la plena
aceptación popular (Tác., Ann., I, 77).
Todos los datos permiten sostener que Tiberio manifestó una rela
ción que llamaríamos «burocrática» con el pueblo de Roma, tomando
medidas para mejorar sus condiciones económicas dentro de las dis
ponibilidades del tesoro, pero sin acompañarlas de medidas populis
tas. El pueblo de Roma fue tratado con dignidad por su emperador,
pero por un emperador distante que terminó por ser invisible desde el
inicio de su retiro en Capri.
Ahora bien, los historiadores antiguos, poco interesados en dar in
formaciones económicas, desvelan ocasionalmente la profundidad de
la crisis financiera del Estado heredada de Augusto y manifestada en
la rebelión de las legiones, en las dificultades de aprovisionamiento de
grano en los años 19, 22 y 33, y en la falta de monetario en circula
45 M. Clavel-Lévéque, 1984, 23 y ss.
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