Page 299 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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Eran, en cambio, la parte del populus más activa en política, la que
contribuía a crear opinión y en la que se apoyaban los emperadores
para ganarse el consenso social43. Y, en todas las celebraciones públi
cas, en los juegos y espectáculos, la pkbs frumentaria contaba igual
mente con un trato de favor, concedido por el valor de los juegos
como medio de reproducir periódicamente el orden social estableci
do como dejó claro Clavel-Lévéque44.
Pocos emperadores fueron tan eficaces como Tiberio en resolver
con prontitud los problemas de la población de Roma. «En primer lu
gar, procuró garantizar la tranquilidad pública contra robos, bandida
jes y amenazas de sediciones. En Roma mandó construir un cuartel
para albergar a las tropas pretorianas que hasta ese momento eran mó
viles y estaban distribuidas en pequeños cuarteles. Reprimió severa
mente los desórdenes populares producidos y procuró que no volvie
ran a surgir.» Con esas palabras, Suetonio (Tiber., XXXVII) resume una
parte de la actividad política de Tiberio. Pero en otros pasajes, el pro
pio Suetonio lo acusa de haber edificado poco en Roma, de haber
dado pocos juegos y de ser poco generoso con el pueblo y con los sol
dados (Tiber, XLVI-XLVIII).
Más aún, se puede añadir que Tiberio vigiló severamente para que
la ciudad de Roma estuviera bien abastecida. En las dos crisis econó
micas, la de los comienzos de su gobierno en el año 19 y la del año 33,
Tiberio intervino personalmente para evitar disturbios sociales ocasio
nados por el hambre incipiente. En el 19 fijó un precio para el trigo y
subvencionó a los vendedores para que no sufrieran pérdidas. Es po
sible que tomara medidas semejantes en el 32-33, pero no debieron ser
consideradas suficientes por el pueblo de Roma, pues dice Tácito que
«la carestía de trigo estuvo a punto de producir una sedición y, en el
teatro, se manifestaron varios días quejas contra el emperador de
modo más libre que de costumbre. Tiberio, molesto por ello, hizo re
proches a los magistrados y al senado por no haber utilizado su auto
ridad para reprimir al pueblo y «les recordó las provincias de donde
hacía llegar el trigo y cómo llegaba en mayor cantidad que bajo el go
bierno de Augusto» (Ann., VI, 13, 1).
El préstamo usurario y la escasez de numerario fueron dos factores
que desencadenaron las dificultades económicas del año 33. Nos dice
Tácito que, entre otras medidas, el emperador «ayudó al repartir por las
bancas cien millones de sestercios con la autorización de ser prestados
43 M. Clavel-Lévéque, 1984,17 y ss.
44 Ibtd., 1984,131 y ss.; también, Z. Yavetz, 1969.
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