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Lunes 3 Diciembre 2018
concédenos que también nosotros,
no le importan a Jesús ni la proce- dando testimonio del Evangelio, cami-
dencia ni la profesión de ese hom- nemos hacia ti junto con nuestros her-
bre. Sí le importa –y mucho– la fe manos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
que ese capitán depositó en Jesús.
Sabía que si el Señor quería podía Prefacio
curar a su empleado. Lo creía con
absoluta fi rmeza. Por eso le recuer- (Prefacio de pastores)
da a Jesús que no es necesario ni Santo, Santo, Santo...
siquiera que vaya a su casa. Confía
tanto en la autoridad y el poder de RI TO DE COMU NIÓN
Jesús que entiende que el Maestro
puede curar a la distancia. Esa fe Antífona de comunión
del capitán conmueven a Jesús. Re- Cf. Mt 10, 27
conoce la gran fe de ese romano y
sucede el milagro. Sucede lo que el Lo que yo les digo en la oscuridad, re-
capitán siempre creyó que sucede- pítanlo en pleno día, dice el Señor; y lo
ría. Eso es fe. Y eso, es amor. que escuchen al oído, proclámenlo desde
lo alto de las casas.
Oración después de la comunión
LITURGIA EUCARISTICA
El sacramento recibido, Padre, en-
Oración sobre los dones
Oración sobre los dones cienda en nosotros la caridad que movió
a san Francisco Javier por la salvación
Recibe, Señor, los dones que te de todos los hombres, para que, vi-
presentamos en la festividad de san viendo más dignamente nuestra voca-
Francisco Javier, y, así como él par- ción, alcancemos con él la recompensa
tió a continentes lejanos impulsado prometida a los servidores fi eles. Por
por el deseo de salvar a los hombres, Jesucristo, nuestro Señor.
Representación de Francisco Javier en la bóveda de la capilla dedicada al santo en la
iglesia del Gesù, en Roma. La obra se basa en una de las historias milagrosas atribuidas
a Francisco Javier que relata cómo recuperó su crucifi jo después de perderlo en el mar.
Francisco Javier estaba atrapado en una tormenta mientras viajaba a Malaca (Malasia) en el
año 1546. Con fe arrojó la cruz al mar, pidiéndole a Dios que la hiciera un instrumento para
pacifi car las turbulentas aguas. El mar se calmó y al llegar a las costas de Malaca, Francisco
Javier vio un cangrejo caminando hacia él sosteniendo su crucifi jo en sus pinzas. 11