Page 70 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
P. 70
en el capítulo XXI del Libro del Apocalipsis, en su versículo 14 dice:
“La muralla de la ciudad se asienta sobre doce piedras, que llevan los nombres de los
doce Apóstoles del Cordero:”
Es decir, el espacio simbólico que ha planificado el arquitecto para resolver el
problema de construcción no encaja con la exégesis bíblica. No son 12 espacios
pictóricos los que se tienen que ocupar sino 16.
¿Qué posibilidad le queda al teólogo redactor del programa pictórico conocedor 19
del Apocalipsis? Evidentemente solo uno: continuar su trabajo en esa misma línea
simbólica a través de la exégesis que le proporciona el Apocalipsis. ¿Cómo lo resolvió?
De manera bastante ingeniosa.
a) Doce son los Apóstoles del Cordero, representados sentados en tronos y de cuerpo
entero.
b) Cuatro los símbolos de los Vivientes del Tetramorfos, como se establece en el
capítulo 4 del mismo Libro del Apocalipsis. Pero, ahora, están representados de medio
cuerpo.
Mientras los Vivientes símbolos de los cuatro evangelistas se representan de
mayor tamaño que los Apóstoles y de medio cuerpo; los apóstoles están figurados de
cuerpo entero. En el fondo, se está produciendo como una jerarquía del símbolo.
Si sumamos los 12 Apóstoles con las 4 figuras de los símbolos de los Vivientes
del Tetramorfos nos da un total de 16 figuras. Sin embargo, dos apóstoles quedan así
reflejados de dos maneras: como hombre y como Símbolo de Tetramorfos: san Juan
Evangelista y san Mateo, también un evangelista. Evidentemente, no existe este
problema ni con san Marcos ni con san Lucas.
¿Sabía lo que se estaba haciendo el teólogo redactor de este programa? El
hombre-ángel símbolo de san Mateo está colocado junto a san Pedro, connotado con
las llaves. ¿Por qué? El Evangelio de san Mateo es el que recoge el episodio de las
llaves:
"Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas
del abismo no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos: lo
que atares sobre la tierra, estará atado en los cielos, lo que desatares sobre la tierra,
estará desatado en los cielos".
(Mt. 16, 18-19)