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ALEJANDRO MAGN0.-28

Filipo, cansado, según dicen algunos his-
toriadores, de la altivez y soberbia de su es-
posa ◊limpias, decidió separarse de ella, y,
de acuerdo con las costumbres de aquellos
tiempos, se desposó con Cleopatra. Amarga-
mente, y no sin raz6n, se quejó Olimpias, y
Alejandro afeó enérgicamente a su padre
aquella conducta. Ello fué en un banquete da ..
do por Filipo en honor de Cleopatrá, y se
cuenta que fueron tan d:uras las palabras que
el príncipe dirigi6 al rey, que éste, ciego de
íta, se levantó de la mesa, desnudó su espada
y corrió detrás de su hijo al que hubiera dado
muerte si la cojera del rey, 1a misma cólera y
la embriaguez no le hubieran impedido al-
canzarle a tiempo.
Con tal motivo, alejóse el joven príncipe
Alejandro de su padre, yendo a acogerse al
reino de Iliria, cuyo soberano era hermano
de Olimpias. Esta, que era rencorosa y poco
razonable, no cesaba de persuadir a Alejan-
dro de que debía «ganarse cuantos amigos
poderosos pudiera, para hacer la guerra a su
padre». Y como el joven príncipe no prestara
oídos a estas insidias, la antigua esposa de
Filipo buscó quien la ayudara en su intento.