Page 132 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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turbulento. En tomo a Hermes se arremolinaba una misteriosa sustancia acuosa que

  emitía un vapor que parecía humo. El aire se llenó de gemidos inarticulados y suspiros
  que parecían proceder de la Luz que había sido tragada por la oscuridad. Su cabeza le

  dijo a Hermes que la Luz era la forma del universo espiritual y que la oscuridad en

  remolino que la había envuelto representaba lo material.

       A continuación, de la Luz prisionera surgió una Palabra santa misteriosa que se
  situó  sobre  las  aguas  humeantes.  Aquella  Palabra,  la  Voz  de  la  Luz,  surgió  de  la

  oscuridad como una gran columna y el fuego y el aire la siguieron, aunque la tierra y

  el agua permanecieron abajo, sin moverse. Entonces, las aguas de la Luz se separaron

  de  las  aguas  de  la  oscuridad;  de  las  aguas  de  la  Luz  se  formaron  los  mundos
  superiores  y  de  las  aguas  de  la  oscuridad  se  formaron  los  mundos  inferiores.  A

  continuación, la tierra y el agua se mezclaron y se volvieron inseparables y la Palabra

  espiritual,  llamada  Razón,  se  movió  sobre  su  superficie  y  provocó  un  desconcierto
  interminable.

       Una vez más se oyó la voz de Poimandres, pero sin que se revelara Su forma: «Yo

  tu Dios soy la Luz y la Mente que existían antes de que la sustancia se separara del
  espíritu y la oscuridad, de la Luz. Y la Palabra que surgió de la oscuridad como una
  columna de fuego es el Hijo de Dios, nacido del misterio de la Mente. El nombre de
  esa Palabra es “Razón”. La Razón es hija del Pensamiento y la Razón separará la Luz
  de la oscuridad y establecerá la Verdad en medio de las aguas. Entiéndelo, oh, Hermes,
  y medita profundamente sobre el misterio. Lo que ves y oyes en tu interior no es la
  tierra, sino la Palabra de Dios hecha carne. Así se dice que la Luz Divina habita en

  medio  de  la  oscuridad  mortal  y  la  ignorancia  no  puede  separarlas.  La  unión  de  la
  Palabra y la Mente produce el misterio llamado “Vida”. Así como la oscuridad que te
  rodea  está  dividida  con  respecto  a  sí  misma,  la  oscuridad  que  hay  en  tu  interior
  también está dividida de la misma forma. La Luz y el fuego que surgen son el hombre
  divino, que asciende por el camino de la Palabra, y lo que no puede ascender es el
  hombre mortal, que no puede ser partícipe de la inmortalidad. Profundiza en la Mente

  y su misterio, porque en ellos reside el secreto de la inmortalidad».

       El  Dragón  volvió  a  revelar  su  forma  a  Hermes  y  durante  largo  tiempo  los  dos
  estuvieron  mirándose  fijamente  a  la  cara  el  uno  al  otro,  de  modo  que  Hermes

  temblaba ante la mirada de Poimandres. Al oír la Palabra del Dragón, los cielos se

  abrieron  y  se  revelaron  los  innumerables  Poderes  de  la  Luz,  elevándose  por  el

  Cosmos con alas que despedían fuego. Hermes contempló los espíritus de las estrellas,
  los celestiales que controlan el universo y todos aquellos Poderes que brillan con el

  resplandor del Fuego Único, el esplendor de la Mente Soberana. Hermes se dio cuenta

  de  que  la  visión  que  había  contemplado  solo  le  había  sido  revelada  porque
  Poimandres había dicho una Palabra. La Palabra era la Razón y mediante la Razón de
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