Page 51 - ADN5final_copy
P. 51

Debemos expandirnos. Observemos el día de Pentecostés, había ciento veinte per-
                 sonas y, después del estruendo, hubo una gran multiplicación: ¡Tres mil personas
                 conocieron a Cristo! Antes de eso la iglesia carecía de poder, estaba como muerta.
                 Antes Jesús era quien atraía a las multitudes, pero ahora la iglesia tenía que tomar
                 la dirección; para eso vino el bautismo del Espíritu Santo, para darles poder. Pente-
                 costés significa que hay que salir, ser una iglesia multiplicadora, que se expande, se
                 extiende; esto refleja una iglesia sana, fuerte y reproductiva.

                   El Espíritu Santo vino para eso, para generar el evangelio en otro. Eso es expansión,
                 multiplicar, acercar el evangelio a otro. Debemos preguntarnos: ¿a quién estoy guian-
                 do a Cristo? y ¿a quién no le estoy predicando?

                    Muchos creyentes se quedan ahí; llegan a Cristo, comienzan a seguirle, enfocan sus
                 vidas en el Señor y caminan hacia la madurez, pero no hay una expansión, una ex-
                 plosión en sus vidas. Algunos preguntan: “¿Para qué necesito el bautismo del Espíritu
                 Santo?”. Si no predicas no lo necesitas. Entonces vas a cuestionar las lenguas porque
                 no lo necesitas. Pero no puedes enfrentar al diablo en su territorio, en su cancha, sin
                 tener el poder del Espíritu Santo.
                    Para eso vino el Espíritu Santo a la iglesia, para que salga, para que su mirada sea hacia afuera.



























                                                                               51
   46   47   48   49   50   51   52   53   54   55   56