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tener las virtudes propias de un líder. Existen casos particulares de personas que por

muchos estudios que tengan, siguen siendo personas dependientes de los demás, personas
sin criterio, personas que son incapaces de tomar la iniciativa y mucho menos de inspirar a

otros. Así que no debemos caer en la trampa de pensar que muchos títulos universitarios o
mucha preparación académica significarán pues ser un buen líder.

Una cuarta fuente de poder lo constituye el poder por contacto y es que

lamentablemente muchas personas han aprovechado este tipo de influencias para poder

ubicarse en puestos de prestigio, puestos de responsabilidad, tales como el directorio centro
educativo sin tener las características propias para poder desempeñarse en ese cargo, sin

llenar el perfil requerido para este puesto. De esta manera utilizan sus influencias políticas
o de otra índole para llegar a estas posiciones. No es una fuente de poder confiable, es una

arbitrariedad y deberíamos todos evitar por cualquier medio utilizar este tipo de fuentes
para llegar a un puesto de responsabilidad.

Finalmente podemos mencionar el poder de la oportunidad la cual se refiere a asumir
las riendas de una situación determinada en determinado momento, y a este respecto

queremos mencionar que es vital que un buen líder tenga esta capacidad, ya que identificar
situaciones de conflictos y las debidas estrategias para resolverlas, independientemente en

el contexto en el que se encuentre, es fundamental para poder desarrollar y lograr los

objetivos estratégicos que se han trazado con antelación.

En conclusión, cuando hablamos de la gestión educativa estratégica las tres fuentes de
poder que nos interesa son el poder por atributos personales, el poder académico y el poder

de oportunidad. Estas tres fuentes de poder conjugadas, unidas entre sí, van a ser de

cualquier persona un líder auténtico, harán cualquier prospecto a director sea un líder
excelente y lleve a feliz cumplimiento los objetivos estratégicos para la institución la cual

labora.