Page 114 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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sonrojarse!— por el enfado cada vez que él lo decía. Algo que por supuesto lo alegraba

           más.


                    —Lo lamento —dijo—. Verás, he pasado casi toda mi vida en el subterráneo o en
           un laboratorio. Me temo que no salgo mucho.


                    —Sabes mucho acerca de muchas cosas que jamás podría entender, Sapphronetta
           —dijo Cordessa amablemente—. Nadie puede saberlo todo.


                    —Intenta decirle eso a mi ex esposo.


                    De nuevo una suave risa.


                    —Las lunas se llaman la Niña Azul y la Dama Blanca, la madre de la Niña. La
           Dama Blanca tiene nombres distintos. Mi pueblo la llama Elune. Los tauren la llaman
           Mu’sha. Una vez cada 430 años, algo realmente maravilloso sucede. Las lunas se alinean

           con la otra y por unos preciosos, gloriosos momentos parece como si la Dama estuviera
           sosteniendo a su Niña. Nuestro mundo se baña en con una luz blanca azulada y parece
           que incluso el tiempo se detiene si lo miras con el corazón abierto.


                    Mirando  a  aquellos  hermosos  orbes,  Saffy  dejó  escapar  un  suave  suspiro  de
           asombro.


                    —¿Cuándo pasó por última vez? —preguntó pensando si había aprendido ese
           interesante información a tiempo para apreciar el evento.


                    —Hace cinco años.


                    El rostro de Saffy se apenó.


                    —Oh —dijo—. Creo que posiblemente no estaré aquí para verlo.


                    La longeva elfa, quien probablemente estaría cerca para verlo, no respondió.


                    —Pero puedes verlas a ambas ahora en el despejado y hermoso cielo del desierto.

                    Esa era tal vez la primera vez que Saffy había escuchado la palabra “hermoso”

           para describir algo concerniente a Silithus. Incluso antes de tener una inmensa espada
           sobresaliendo de ella, era un lugar horrible. Su mirada viajó a la espada. Era difícil no
           verla. No sólo era enorme, sino que estaba rodeada de una espeluznante aura de luz roja,

           así que era una ofensa a la vista a cualquier hora del día y la noche. Esa monstruosidad
           negra había sido clavada a la mitad del pobre suelo. Fisuras vaporosas se habían revelado,
           produciendo la misteriosa Azerita en sus dos formas —fluido y pedazos endurecidos de

           color dorado y azul— Saffy se sentía más que frustrada de que Mekkatorque y Brann
           Bronzebeard la enviaran en una expedición antes de que ella tuviera la oportunidad de


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