Page 118 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Estoy orgulloso de cómo todos ustedes han estado interactuando con ellos.
Todos estamos juntos en éste pobre mundo y todos estamos aunando esfuerzos. Sin
ofender a los otros guardias que hemos tenidos, pero creo que estaremos durmiendo más
profundamente de lo usual ésta noche.
—¡Och, Gavvin, tú dormirás profundamente porque te bebiste alrededor de seis
pintas de cerveza!
Las carcajadas llenaron el aire nocturno, con Gavvin Stoutarm, quien ciertamente
satisfizo su sed, riendo más escandalosamente.
—A dormir —dijo.
A pesar de las palabras alentadoras, Saffy tuvo problemas para dormir. Dio
vueltas en la cama, primero dentro su saco de dormir y después sobre él —estaba haciendo
un calor terrible— y después de nuevo dentro porque se dio cuenta de que afuera de su
saco de dormir significaba insectos y arena.
Estaba acurrucada, sofocada, escuchando los ruidosos sonidos nocturnos de
cuatro enanos roncando lo suficientemente fuerte para despertar a los muertos. Era algo
bueno que hubiera Centinelas montando guardia, pensó. Por otro lado, los jadeos y los
bufidos de Stoutarm hubieran guiado a los goblins hacia ellos masivamente únicamente
para callarlo.
Saffy debió haber estado más cansada de lo que pensaba. En algún momento entre
los ronquidos y los insectos y el calor y la arena, se quedó dormida.
Se despertó por el asqueroso sonidos de goblins bramando, el chasquido de rifles
y el estampido del acero contra el acero. Se enderezó y batalló por escapar de las
limitantes hileras de tela, Saffy fue por la pistola que guardaba bajo su almohada y se
recuperó. Su corazón palpitaba salvajemente en su pecho mientras observaba casi
frenéticamente, apenas capaz de asimilar la escena que se desenvolvía ante ella.
La luz de las lunas, tan agradable y tranquilizante antes, ahora parecía fría e
indiferente mientras iluminaba los cuerpos de dos Centinelas muertas. Su sangre se veía
negra bajo la pálida luz azulada de la luna y el brillo había escapado de sus ojos,
dejándolas como dos pozos oscuros de sombras. Había otro cuerpo también —un cuerpo
que Saffy no quería mirar por temor, el pánico estaba arañando la parte posterior de su
cerebro y se zambullía a la parte frontal apagando su habilidad para pensar, Saffy,
pensar—.
Su ex esposo había insistido en que tuviera un arma. Ella le dijo que tomaría un
laboratorio antes que un arsenal cualquier día, pero en ese momento deseó haber
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