Page 19 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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La  muerte  los  había  reclamado  a  ambos  por igual, humano y  elfa. Ahora  era
           brillante y hermoso, y mucho del pasado que compartieron creció difuso e incierto.


                    Pero no todo.


                    Aunque  Sylvanas  había  dejado  atrás  muchas  de  sus  cálidas  emociones  en  el
           momento en el que se levantó de entre los muertos como una Alma en Pena, la ira había

           conservado su calor de alguna forma. Sin embargo, ahora la sentía reducirse a brasas.
           Pocas  veces  se  mantenía  enfadada  con  Nathanos  Marris,  ahora  conocido  como

           Blightcaller, por mucho tiempo.  Y él de hecho se había estado ocupando de sus asuntos,
           visitando Undercity, mientras ella se había encargado de los deberes que la mantenían ahí
           en Orgrimmar.


                    Deseaba alcanzar su mano, pero se contentó con sonreírle de forma benevolente.


                    —Te perdono —dijo—. Ahora, cuéntame acerca de nuestro hogar.


                    Sylvanas  esperaba  una  breve  declamación  de  preocupaciones  modestas,  una
           reafirmación de la lealtad de los renegados hacia su Dama Oscura. En su lugar, Nathanos
           frunció el ceño.


                    —La situación es… complicada, mi reina.


                    Su sonrisa desapareció. ¿Qué podría ser “complicado” acerca de eso? Undercity
           pertenecía a los renegados y ellos eran su gente.


                    —Su presencia se ha extrañado profundamente —dijo—. Mientras que muchos
           están orgullosos de que por fin la Horda cuente con un renegado como su Jefe de Guerra,
           hay algunos que sienten que acaso se ha olvidado de aquellos que han sido más leales a

           usted que cualquier otro.


                    Ella se rio repentinamente y sin gracia.

                    —Baine, Saurfang y los otros dicen que no les he estado prestando suficiente

           atención. Mi gente dice que les he estado dando demasiado. Sin importar lo que haga,
           alguien objeta. ¿Cómo es que alguien puede gobernar así? —sacudió su pálida cabeza—
           . Una maldición sobre Vol’jin y sus loas. Debí haber quedado en las sombras, donde podía

           ser efectiva sin ser interrogada.


                    Dónde podía ir a dónde de verdad deseara.

                    Ella nunca quiso esto. En lo absoluto. Como le había dicho antes al troll Vol’jin,

           durante el juicio del fallecido y gran Garrosh Hellscream, a ella le gusta el poder, el
           control, de una forma sutil. No obstante, con casi literalmente su último aliento, Vol’jin,




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