Page 214 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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ésta criatura de pesadilla. Y debes saber lo que me ha pasado. A mi pueblo. Lo que los
           tuyos me hicieron y cuánto repudio lo que te has convertido. Si tuvieras alguna decencia,

           cualquier respeto por aquellos que alguna vez llamaste amigos, ¡te hubieras lanzado al
           fuego durante el primer Halloween y nos hubieras ahorrado todo esto!


                    Anduin  cerró  los  ojos,  dolido  por  la  hostilidad  que  Greymane  le  arrojaba  al
           hombre que había amado en vida. Sabía que eso sería difícil, pero no había esperado que

           Genn fuera tan malvado en su furia.


                    Aunque Faol parecía no estar sorprendido en lo absoluto por la reacción y miró
           tristemente a Genn.


                    —Tú te paras aquí, a algunos pasos de un viejo amigo y me atacas con palabras
           escogidas por su poder para herir —dijo Faol—. Y sé por qué lo haces.


                    —¡Lo  hago  porque  eres  una  monstruosidad!  ¡Porque  tu  gente  son  una
           abominación y nunca debieron ser creados!


                    Faol negó con la cabeza. Su voz se mantuvo tranquila, teñida con una pizca de
           pena.


                    —No, mi viejo amigo. Haces esto porque estás asustado.


                    Anduin parpadeó, sorprendido. Genn Greymane era muchas cosas, pero no era un
           cobarde. Anduin no quería entrometeré, pero si parecía que Faol estaba en peligro, lo
           haría. Aunque Faol era probablemente un sacerdote muy poderoso, incluso en su estado

           actual, más de lo que Anduin podría llegar a ser.

                    Greymane se quedó totalmente inmóvil.


                    —He matado por insultos menores a ese —las palabras salieron con un tono bajo,

           un gruñido.

                    —Eso lo sé —continuó Faol—. Y de nuevo lo digo: estás asustado. Oh, no de mí

           —puso una mano marchita en su huesudo pecho—. Estoy seguro de que crees que puedes
           derrotarme en uno de tus latidos. Puede que tengas razón en eso, pero yo no lo averiguaría
           tan pronto  —negó  tristemente  con  la  cabeza—.  No, Genn  Greymane. Estás  asustado

           porque crees que, si reconoces aquí, ahora, conmigo, que los renegados no son monstruos
           irredimibles, si muestras cualquier señal de entendimiento o amabilidad o compasión o
           amistad, entonces significará que tu hijo murió por nada.


                    Un grito humano de ira y dolor se convirtió en el aullido de un lobo cuando el rey
           gilneano arqueó la espalda. Su forma cambió, cubierta en un humo místico tan gris como






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