Page 274 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Estás dejando ir a los humanos.


                    —No tengo deseos de comenzar una guerra cuando no estoy lista para hacerlo —
           ella miró al creciente número de cadáveres renegados inmóviles en el campo. Muchos

           habían optado por la muerte—. No creo que el niño rey arreglara esto. Era estúpido. Él es
           ingenuo, pero no es estúpido. No arriesgaría una guerra por un puñado de renegados
           mercantes y obreros —su sospecha inicial se había evaporado rápidamente. Si hubiera

           pretendido una deserción, la hubiera planeado mejor. No, Sylvanas ponía toda la culpa en
           la chica Menethil, tan temeraria y engañosa como su odiado hermano. Había embaucado
           tanto al rey de Stormwind como al Jefe de Guerra de la Horda.


                    Y estaba a punto de morir por eso.


                    —Me cansé del juego —dijo Sylvanas—. Materé a la usurpadora yo misma. Y
           entonces los renegados volverán a casa a donde pertenecen. Conmigo.


                    Le regaló una sonrisa fría a su campeón.


                    —Uno de los deseos del Concejo Desolado era no renacer una y otra vez. Así que
           les he otorgado dos regalos hoy. Una reunión con sus seres queridos y sus muertes finales.


                    —Y ahora —dijo, agarrando su arco y saltando ligeramente hacia un murciélago
           que esperaba—. Estoy a punto de consignar a Calia Menethil a los anales de la historia

           de la realeza muerta.




                CAMPO DE LAS TIERRAS




                           ALTAS DE ARATHI








                    Anduin  rezó  a  la  Luz  como  nunca  antes  había  hecho.  Esas  personas  —tanto

           humanos como renegado— no habían hecho nada excepto tratar de ver más allá de su
           viejo odio, sus miedos. Se habían acercado en amor y en confianza…


                    …confía en mí…


                    …para hacer lo que es correcto, y bueno, y noble.


                    Incluso aunque instó a su grifo a ir a su máxima velocidad, se dio cuenta con un
           horror enfermo y devastador que llegaría demasiado tarde.


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