Page 278 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Ah, pero ella no es de los tuyos, ¿no es así? —la voz de Sylvanas tenía un borde
           frío  pero  enojado,  y  el  vello  en  los  brazos  de  Anduin  se  erizó—.  Ella  es,  era,  una

           ciudadana de Lordaeron. Su reina. Trajiste a una usurpadora al campo, Anduin Wrynn.
           Haría bien dentro de mis derechos al considerar eso una acción hostil. ¿Quién violó el

           tratado primero?

                    —¡Ella vino como sanadora!


                    —Ella se va como un cadáver. ¿Creíste que no descubriría lo que habías hecho?


                    —Te juro por la Luz que actué de buena fe. No le ordené a tu gente que desertara.
           Puedes creerlo o no. Pero si me  matas, mi pueblo y todos los  aliados de Stormwind

           tomarán represalias. Y lo harán sin contenerse.

                    Sus ojos se entrecerraron. Anduin supo que ella entendía la lección de los trágicos

           eventos de ese día. Ella no era universalmente querida entre su pueblo. Él sí. Ella reinaba
           con puño de hierro. Él reinaba con compasión. Ninguno de ellos estaba listo para una
           guerra. Anduin dijo una plegaria silenciosa para que Sylvanas no comenzara una.


                    El silencio se alargó.


                    —Me aflijo por los caídos el día de hoy —dijo Anduin—. Pero ellos no murieron
           por mi mano. Calia Menethil en efecto no era mi súbdito. Y acerca de lo que ella pensaba

           que podría lograr… realmente no lo sé. Cualquiera que fuera, pagó el precio por ello. Me
           llevaré su cuerpo de vuelta al Templo de la Luz Abisal y al Cónclave que tanto amó. Si
           quieres guerra, puedes empezarla ahora.


                    Él  giró,  sintiendo  un  hormigueo  fantasmal  en  su  espalda  expuesta  mientras
           comenzaba a andar tranquilamente, sin apresurarse, hacia el Castillo de Stromgarde. El

           escudo a su alrededor se desvaneció y desapareció.


                    Nada pasó. Entonces escuchó a los murciélagos proferir sus desconcertantes y
           agudos sonidos y un rápido y ruidoso aleteo de alas correosas. Y entonces ya no estaban.


                    No habría guerra entre la Alianza y la Horda ese día.

















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