Page 8 - 100 años P. Cándido
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Por Esvin Villeda
“Le pedía las homilías que escribía”
“Para mí el P. Cándido, era una persona muy especial. Fue mi confesor. Me decía “-habla Daysi,
siempre que puedas habla, no te quedes callada-”. Me invitó a pasar unos días en su comunidad en donde
me atendió de una forma muy especial.
Lo conocí cuando ellos comenzaron con la capellanía en nuestra casa. Las homilías él las traía es-
critas, entonces, yo se las pedía. Llegué a recoger un gran número de ellas, y una vez me dijo: “-Me podes
dar las hojitas, porque estoy pensando en hacer un libro-”. Yo se las entregué, porque yo sabía que ade-
más, era poeta, y algo muy lindo saldría de estas.
A él se le reflejaba la santidad. Yo lo definiría como una persona santa. El día que falleció, el P. Oscar
Alvarado me informó; yo me puse muy triste, pero, eso me animó a seguir rezando por él.
Cuando los visitaba, me regalaba un vaso de leche, ordeñada por él. Andaba con botas de hule, des-
pués de haber sido Superior General. Además, andaba repartiendo leche en las comunidades religiosas.
Era un hombre muy humilde. A mí me enviaba algunas notas, y antes de irse, me regaló un suéter, y me
dijo, “-te lo dejo a ti, porque te puede servir más, donde yo voy, no lo necesito-”. Hasta el día de hoy lo con-
servo, junto a algunas notas escritas por él. El suéter, lo arreglé y lo tengo guardado como una reliquia.”
Hna. Jessie Estrada
Terciaria Capuchina
“Lo considero como santo”
Para mí, ha sido un hermano. Le admiraba su santidad
Por Marvin Zúñiga muy encarnada, aterrizada. Todavía gozo leyendo los comen-
tarios que escribió en los textos bíblicos. Uno que recuerdo
mucho, es que, “a la Santísima virgen la llevaron temprano al
templo” “¡que tonterías, estaba con su mamá en su casa, al
calor del hogar, ¿qué iba a ir a hacer una niña al templo? ton-
terías!”
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