Page 12 - Brugger Karl Crnica de Akakor
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luego adoptaron decisiones. Y de entre todas las personas escogieron a sus
servidores para que vivieran con ellos, y a los que les transmitieron sus
conocimientos.
Con las familias escogidas, los Dioses fundaron una nueva tribu y le dieron el
nombre de Ugha Mongulala, que en el lenguaje de los Blancos Bárbaros significa
las Tribus Escogidas Aliadas. Y como una muestra de su alianza eterna, se
emparejaron con sus servidores. Por tanto, y hasta hoy en día, los Ugha Mongulala
se parecen físicamente a sus divinos antepasados. Son altos; sus rostros se
caracterizan por unos pómulos salientes, una nariz nítidamente delineada, y unos
ojos almendrados. Tanto los hombres como las mujeres tienen el mismo pelo
espeso negroazulado. La única diferencia con los Dioses la constituyen los cinco
dedos de los mortales en las manos y en los pies. Los Ugha Mongulala son el
único pueblo de piel blanca sobre el continente.
Aunque los Maestros Antiguos retuvieron consigo muchos secretos, la historia de
mi pueblo explica también la historia de los Dioses. Los extraños de Schwerta
fundaron un poderoso imperio. Con sus conocimientos, su superior sabiduría y sus
misteriosas herramientas les fue fácil modificar la Tierra según sus propias ideas.
Dividieron el país y construyeron caminos y canales. Sembraron nuevas plantas
que el hombre desconocía. Enseñaron a nuestros antepasados que un animal no
sólo es una presa sino que asimismo puede ser una valiosa posesión e
indispensable contra el hambre. Con mucha paciencia impartieron los
conocimientos necesarios para que el hombre pudiera arrancar los secretos de la
naturaleza.
Basados en esta sabiduría, los Ugha Mongulala han sobrevivido durante miles de
años a pesar de catástrofes y de guerras terribles. Como los Servidores Escogidos
de los Maestros Antiguos, han determinado la historia de la Humanidad durante
12.453 años, tal y como está escrito en la Crónica de Akakor:
La línea de los Servidores Escogidos no se extinguió.
Aquellos que son llamados los Ugha Mongulala sobrevivieron. Muchos de sus hijos
murieron en guerras devastadoras; catástrofes terribles visitaron su territorio. Pero
la fuerza de los Servidores Escogidos permaneció intacta. Ellos son los maestros.
Ellos son los descendientes de los Dioses.
El imperio de Piedra
La Crónica de Akakor, la historia escrita del pueblo de los Ugha Mongulala, comienza
con la partida de los Maestros Antiguos en el año cero. En ese momento, Ina. el primer
príncipe de los Ugha Mongulala, dispuso que todos los acontecimientos quedasen
escritos con buenas palabras y con lenguaje claro, y con la debida veneración para
con los Maestros Antiguos. Pero la historia de los Servidores Escogidos se remonta
más atrás, a la Edad de Oro. A cuando los Padres Antiguos todavía gobernaban la
Tierra. Muy pocos testimonios se han conservado de este periodo. Los Dioses
debieron haber establecido un poderoso imperio en el que todas las tribus cumplían
unas tareas determinadas y en el que los Ugha Mongulala ocupaban el primer lugar. A
ellos les fue concedida una sabiduría mayor que los hizo superiores a todos los demás
pueblos. En el año cero, los Dioses legaron sus ciudades y sus templos a las Tribus
Escogidas. Han durado 12.000 años.
Tan sólo unos pocos de los Blancos Bárbaros han visto estos monumentos o la ciudad
de Akakor. la capital de mi Pueblo. Algunos soldados españoles que habían sido
capturados por los Ugha Mongulala lograron escapar a través de pasadizos
subterráneos. Los aventureros y los colonos blancos que descubrieron nuestra
capital fueron tomados prisioneros por mi pueblo.