Page 9 - Brugger Karl Crnica de Akakor
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El Libro del Águila abarca el período comprendido entre el 6000 y el 11.000 (según su propio
calendario) y describe la llegada de los godos.
El tercer libro, El Libro de la Hormiga, relata la lucha contra los colonizadores españoles y
portugueses tras su desembarco en Perú y Brasil.
El cuarto y último libro, El Libro de la Serpiente de agua, describe la llegada de los 2.000
soldados alemanes a Akakor y su integración con el pueblo de los ugha mongulala; predice
asimismo una tercera gran catástrofe.
En la quinta parte, Apéndice, he resumido los resultados de mi investigación en archivos
brasileños y alemanes.
La parte principal del libro, la genuina crónica de Akakor, sigue muy de cerca el relato de
Tatunca Nara. He tratado de presentarlo tan literal como me ha sido posible, aun cuando los
hechos parezcan resumir la historiografía tradicional. He seguido el mismo procedimiento con
los mapas y con los dibujos, basándome en los datos proporcionados por Tatunca Nara. Las
muestras de escritura fueron realizadas por Tatunca Nara en Manaus. Todas las subsecciones
van precedidas de un breve resumen de historiografía tradicional para así dar al lector una
base de comparación, aunque la he restringido a los acontecimientos más importantes en la
historia de América del Sur. La tabla cronológica al final del libro ofrece una yuxtaposición del
calendario de Akakor con el de la historiografía tradicional. En otra tabla, he registrado los
nombres probables que la civilización blanca da a las diversas tribus mencionadas en el texto.
Las citas de la Crónica de Akakor, que aparecen sangradas en el texto, fueron recitadas por
Tatunca Nara, quien las conocía por tradición. Según él, la crónica real ha sido escrita sobre
madera, pieles, y posteriormente también sobre pergaminos, y la guardan los sacerdotes en el
Templo del Sol, la mayor herencia de los ugha mongulala. El obispo Grotti fue el único blanco
que ha podido contemplarla, y tomó varios fragmentos. Tras su misteriosa muerte, los
documentos desaparecieron. Tatunca Nara piensa que el obispo los ocultó o que se
encuentran archivados en el Vaticano.
He examinado cuidadosamente toda la información dada en la introducción y en el apéndice,
para verificar su veracidad. Las citas de los historiadores contemporáneos proceden de fuentes
españolas, y las traducciones son mías. He añadido mis propias consideraciones en el
Apéndice con el objeto exclusivo de permitir una mejor comprensión por parte del lector. Por la
misma razón, no me he extendido en las teorías sobre astronautas o sobre criaturas divinas
como posibles predecesoras de la civilización humana. En este libro se ha puesto el énfasis en
la historia y en la civilización de los ugha mongulala en contraste con las de los Blancos
Bárbaros.
¿Existe realmente Akakor? ¿Existe una historia escrita de los ugha mongulala? Mis propias
dudas me han hecho dividir el libro en dos partes estrictamente separadas. En La Crónica de
Akakor me he limitado a transcribir el relato de Tatunca Nara. En el Apéndice se contiene el
material que he logrado reunir de las respectivas fuentes. Mi propia contribución no es mucha si
la comparamos con la historia de un pueblo misterioso, con Maestros Antiguos, leyes divinas,
poblados subterráneos y cosas por el estilo. Es ésta una historia que puede tener su origen en
una leyenda, pero que todavía puede ser confirmada. Y el lector debe decidir por sí mismo si se
trata de un relato, inteligentemente inventado y basado en los vacíos de la historiografía
tradicional o, por el contrario, de un fragmento de historia auténtica, escrita «con buenas
palabras, con lenguaje claro».
LA CRÓNICA DE AKAKOR