Page 316 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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        312         ;        R. CÚNEO - VIDAL              ,
      Kontatas, a los Huañucs  a los antepasados: a aquellos qne en los
      albores de la civilización de América domesticaron la llama  sil-
      vestre,  y  redujeron a vida hogareña al antes espantadizo cuy.
          Ccuchu: de cuchuy: cortar o degollar reses—es   el término
      equivalente del holocausto griego  y  del sacrificio romano.
          Elementos del ccucliu andino fueron:  la res degollada;  el
      llamo  y  el cuy  el fuego alimentado con troncos de Keshuar,  el
      hígado, el corazón  y  la grasa de la res sacrificada ensartados en
      varillas  y  quemados al resquemor de las brasas del fuego sagra-
      do, y  finalmente el charco de grasa humeante (wira cocha en que-
      chua), en que se resolvió el centenar de ccuchus quemados al pie
      de las momias tutelares  y  en honra de éstas.
        Explícanos Mantegazza en su Psicología del gusto cómo la fra-
      gancia suprema: la fragancia de fragancias para el hombre pri-
     mitivo; aquella que el hombre civilizado de nuestros días pide a
      las flores más delicadas de sus jardines, fué el que dieron de sí
     las carnes de reses asadas sobre brasas.
          El hombre andino respondió a aquella solicitación instintiva.
          Nada hubo comparable, para  él, en el renglón de los olores,
      al de las carnes ustionadas  y de  las grasas humeantes de sus
     ccuchus.
          Nada más noble ni entrañable que el vaho cálido  y  fragancio-
     so aquél, ni nada más digno de ser brindado, en forma de una pos-
     tuma satisfacción  y  de un postumo ágape; ni nada más piadoso,
     ni santo que el charco de grasa humeante que la continuación de
     los ccuchus de las estirpes a sus fundadores, en que todo aquello
     se resumía, al pie de los dichosos Kontatas.
          Ayacuchos se denominaron los ccuchus celebrados en honor
     de los Kontatas, bajo su denominación de Ayas, equivalente de
     “los muertos”.
         Anticuchos, los celebrados en honor de las cumbres de los An-
     des, antigua  y  reverenciada cuna de la raza.
         Aquellas ustiones eran en sí sagradas.
         Tan sólo los antiguos señores, esto  es, los antiguos régulos,
     los antiguos Incas, cuyas eran las reverenciadas momias, tuvieron
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