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170 JACQUES VALLEE
PASAPORTE A MAGONIA 171
mos a darle una vuelta en nuestra nave, para agradecerle su un material recientemente descubierto que tiene la propiedad
amabilidad. de autosustentarse en el aire, y la fuerza motriz es electricidad
Mr. Barclay fue en busca de los artículos solicitados, con- altamente condensada. Le informaron de que cinco de aquellas
siguiendo encontrar el aceite y los cortafríos, pero no pudo pro- naves estaban siendo construidas en una pequeña población de
curarse el sulfato de cobre. Nadie tenía cambio y Mr. Barclay Iowa, y que el invento pronto se haría público. Se estaba cons-
devolvió a «Smith» el billete de diez dólares, pero éste se negó tituyendo ya una inmensa compañía por acciones, y antes de
a tomarlo. El desconocido le estrechó la mano y le dio las gracias un año estas máquinas serían de uso general. Mr. Nichols vive
cordialmente, rogándole que no le siguiese hasta la nave. Cuando en Josserand, condado de Trinidad, en Texas, y convencerá a
se iba, Mr. Barclay lo llamó para preguntarle de dónde era y cualquier incrédulo mostrándole el lugar donde se posó la nave.
adónde se dirigía. El interpelado contestó:
—Soy de cualquier sitio, pero estaremos en Grecia pasado En la Flying Saucer Review, Jerome Clark observa que «la olea-
mañana. da de 1897 indica cuan fútil es el intento de separar a los objetos
Después subió a bordo, volvió a oírse el zumbido y el objeto
se fue como una bala de cañón, según palabras de Mr. Barclay. volantes de la coyuntura general en que éstos operan». Esto con-
Éste es una persona totalmente digna de confianza. fiere al estudio de dichos objetos una amplitud infinitamente mayor
que la simple investigación, hecha con método científico, de un
nuevo fenómeno, porque si la apariencia y la conducta de los ob-
Aquella misma noche, media hora después (según el Houston
Post del 26 de abril, noticia publicada con independencia de la an- jetos son función de la interpretación que podamos hacer en un
terior) : momento determinado de nuestro desarrollo cultural, ¿qué posi-
bilidades tenemos entonces de llegar alguna vez a conocer la ver-
dad?
Josserand: En el momento de redactar estas líneas existe
gran revuelo en esta aldea de Josserand, por lo general tan tran- En la localidad francesa de Chaleix, en la Dordoña, el 4 de
quila, causado por una visita de la famosa nave aérea, que ha octubre de 1954 Monsieur Garreau, persona que gozaba de exce-
sido vista en tantos lugares últimamente. Mr. Frank Nichols, un lente reputación en la localidad, vio un objeto volante redondo, de
conocido agricultor que vive a unos tres kilómetros al este de las dimensiones de una camioneta, y que tenía aproximadamente
la población, y hombre de probada integridad, fue despertado forma de caldero. Aterrizó en el campo de su propiedad y se des-
la antevíspera, cerca de las doce de la noche, por un ruido re- corrió una portezuela. Dos hombres «normales», vestidos con un
chinante semejante al que hace la maquinaria. Al mirar afuera mono marrón, salieron del aparato. Parecían europeos y estre-
quedó muy sorprendido al ver un brillante resplandor que irra- charon la mano de Garreau. Después le preguntaron: «¿París?
diaba de una enorme nave de extrañas proporciones, que apa- ¿Al Norte?» El pobre agricultor quedó tan impresionado, que no
recía posada en un maizal de su propiedad. pudo articular palabra. Los dos hombres acariciaron al perro de
Como había leído los despachos que ha publicado el Post
acerca de los extraños navegantes aéreos, inmediatamente com- Garreau, se metieron en su aparato y emprendieron el vuelo.
prendió que él se había convertido en uno de los afortunados El 20 de octubre del mismo año, un trabajador checo de cua-
testigos de ella, y con un valor digno de Príamo en el sitio de renta años que entonces residía en Francia se dirigía a su trabajo,
Troya (sic), Mr. Nichols partió a investigar. Pero antes de que a las tres de la madrugada, en las cercanías de Raon-l'Etape, en
pudiese llegar junto al extraño visitante nocturno, se vio abor- los Vosgos, cuando a unos cuatrocientos metros de su casa se
dado por dos hombres provistos de sendos cubos, quienes le encontró con un hombre corpulento, de estatura media, vestido
pidieron permiso para sacar agua de su pozo. Pensando que tal con una chaqueta gris provista de charreteras en los hombros,
vez se tratase de visitantes celestiales y no de seres de carne casco de motorista y armado con una pistola. El desconocido ha-
y hueso, el dueño de la finca se apresuró a concederles el per- 8
miso que solicitaban. Entonces los dos hombres invitaron ama- blaba un idioma extraño. El testigo, Lazlo Ujvari , sabía algo de
blemente a Mr. Nichols a que les acompañase hasta la nave. ruso y trató de dirigírsele en ese idioma. El desconocido, que ha-
Una vez allí, conversó tranquilamente con la tripulación, com- blaba con voz aguda, le entendió inmediatamente y preguntó:
puesta por seis u ocho individuos que estaban en torno a la nave. «¿Dónde estoy? ¿En Italia, en España?» Después quiso saber a
La maquinaria era tan complicada, que en aquella breve entre- qué distancia estaba de la frontera alemana y qué hora era. Ujvari
vista no pudo enterarse de cómo funcionaba. No obstante, un le dijo que eran las dos y media, aproximadamente, y el desco-
miembro de la tripulación le dijo que el problema de la navega- nocido sacó un reloj, que señalaba las cuatro. El extraño individuo
ción aérea estaba resuelto. La nave o coche está construida con
dijo entonces al testigo que le siguiese. Ujvari no tardó en llegar