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comprendí entonces que era un platillo. Giró y zumbó a unos ambas manos levantadas. Cuando se hallaba a unos seis metros
tres metros de altura, para ascender después y perderse de de distancia, dos de los testigos dispararon contra el intruso.
vista. Este «dio una voltereta» y se perdió en la oscuridad... para reapa-
Los faros volvieron de pronto a encenderse. Giré la llave de recer en la ventana cuando los hombres regresaron al interior
contacto y el motor se puso en marcha. Me acerqué hasta aquel de la casa, desde donde volvieron a dispararle. Otro ser fue visto
sitio, salí del coche con una linterna y me dirigí al lugar donde
el objeto había estado posado. En la nieve había un orificio de en el techo, donde una bala lo derribó, pero en vez de caer, des-
algo más de un palmo de diámetro, por el que se veía la hier- cendió flotando al suelo.
ba. Noté que ésta estaba caliente, pero no se había desenterra- Los extraños seres tenían cabezas de gran tamaño, casi redon-
do nada a su alrededor. das, y brazos larguísimos, que terminaban en unas enormes manos
provistas de garras. Llevaban una especie de traje de aluminio bri-
La señora, que sólo halló muestras de incredulidad al contar llante, que recuerda a los silfos de 1491. Tenían los ojos muy
esta historia a su familia, comunicó el caso en una carta dirigida grandes y, al parecer, muy sensitivos. Siempre se aproximaban a
a Otto Binder, cuando el serial de éste, titulado «Nuestra época la casa por el lado más oscuro. Los ojos no tenían pupila ni
espacial», empezó a publicarse en diversos periódicos. 17 párpados; eran mucho mayores que los humanos y se hallaban
El elemento más extraño de este relato no es tanto lo que en dispuestos a ambos lados de la cabeza. Por lo general estos seres
él se describe como el hecho de que, desde 1946, estas historias caminaban derechos, pero cuando les disparaban, corrían a cuatro
se han hecho bastante comunes en todas las regiones del globo. patas con extrema rapidez, y parecían propulsarse principalmente
Para un físico, por supuesto, resultan increíbles, del mismo modo con los brazos.
que el extraño enano que encontró san Antonio resultaría increí- El 10 de setiembre de 1954, en una pequeña población fran-
ble para un biólogo. Sin embargo, están archivados algunos casos cesa llamada Quarouble, situada cerca de la frontera belga, aproxi-
en los que relatos parecidos se hallan asociados con huellas de madamente a las 10,30 horas de la noche, el obrero metalúrgico
las que no puede dudarse. Marius Dewilde salió fuera de su casa, al oír ladrar a su perrita,
En el célebre incidente de Socorro, en Nuevo México, fue el y vio con estupefacción una masa oscura en la vía férrea. Acto
agente de policía Lonnie Zamora quien informó haber visto a dos seguido oyó unos pasos en la noche. Encendió una luz y se en-
pequeños seres, vestidos de blanco, junto a un brillante objeto contró frente a dos seres que llevaban unos enormes cascos y lo
ovoide que descansaba sobre cuatro patas antes de despegar con que le parecieron unos gruesos trajes de buzo. Tenían anchos
un rugido atronador... para continuar el vuelo en el mayor silen- hombros, pero Dewilde no les vio brazos. Su estatura era de poco
cio. El incidente tuvo lugar el 24 de abril de 1964, y permitió que más de un metro. Dewilde avanzó hacia ellos con la intención de
la Policía local y un agente del FBI efectuasen algunas interesan- cerrarles el paso, pero apareció una luz en un costado del objeto
tes mediciones de las huellas dejadas por el objeto, que permitie- oscuro posado sobre la vía, y el hombre comprobó que no podía
ron sacar unas deducciones aún más interesantes a William T. efectuar el menor movimiento. Cuando recuperó el control de
Powers 18 sobre las posibles características mecánicas del tren de sus miembros, los dos visitantes habían entrado en la supuesta
aterrizaje. En este caso volvemos a observar unas característi- máquina y ésta despegó.
cas emocionales que evocan extrañamente el mundo medieval que Esta observación clásica tuvo una extraña secuela, que hasta
acabamos de visitar: el testigo de Socorro, antes de ser entrevis- ahora no se había publicado. Los investigadores privados france-
tado por los investigadores de la Aviación, se hallaba tan poco ses que estudiaron el caso cooperaron estrechamente con los fun-
convencido de haber observado un aparato de construcción huma- cionarios de la policía local, pero acudieron otros investigadores
na, que solicitó ver a un sacerdote antes de presentar su informe al lugar, especialmente representantes de la policía del Ministerio
a las autoridades. del Aire, que vinieron de París. Cuando se obtuvieron los resul-
Tenemos después el informe de la familia de Kentucky que tados de los análisis realizados con algunas piedras calcinadas
afirmaba haber sufrido el asedio de varios «hombrecillos», de as- que se encontraron en el lugar donde Dewilde había visto al ob-
pecto completamente fantástico. Este incidente tuvo lugar la jeto, resultó que ni siquiera la Policía pudo obtener información
noche del 21 de abril de 1955, y permitió efectuar muchas y extra- sobre los resultados de estos análisis. Por citar las propias pala-
ñas observaciones sobre el comportamiento de los «visitantes». bras del jefe de policía local:
Uno de los seres fue visto aproximándose a la casa de labor con