Page 34 - pasaporte a magonia jacques vallee
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           comprendí  entonces  que  era  un  platillo.  Giró  y  zumbó  a  unos  ambas  manos  levantadas.  Cuando  se  hallaba  a  unos  seis  metros
           tres  metros  de  altura,  para  ascender  después  y  perderse  de   de  distancia,  dos  de  los  testigos  dispararon  contra  el  intruso.
           vista.                                                                Este  «dio una  voltereta» y  se  perdió  en  la oscuridad...  para  reapa-
             Los  faros  volvieron  de  pronto  a  encenderse.  Giré  la  llave  de  recer  en  la  ventana  cuando  los  hombres  regresaron  al  interior
           contacto y el  motor  se puso  en  marcha.  Me  acerqué  hasta  aquel  de  la  casa,  desde  donde  volvieron  a  dispararle.  Otro  ser  fue  visto
           sitio,  salí  del  coche  con  una  linterna  y  me  dirigí  al  lugar  donde
           el  objeto  había  estado  posado.  En  la  nieve  había  un  orificio  de  en  el  techo,  donde  una  bala  lo  derribó,  pero  en  vez  de  caer,  des-
           algo  más  de  un  palmo  de  diámetro,  por  el  que  se  veía  la  hier-  cendió  flotando  al  suelo.
           ba.  Noté  que  ésta  estaba  caliente,  pero  no  se  había  desenterra-  Los  extraños  seres  tenían  cabezas  de  gran  tamaño,  casi  redon-
           do  nada  a  su  alrededor.                                           das, y brazos  larguísimos,  que terminaban en unas  enormes  manos
                                                                                 provistas  de garras.  Llevaban una  especie  de traje de  aluminio bri-
        La  señora,  que  sólo  halló  muestras  de  incredulidad  al  contar    llante,  que  recuerda  a  los  silfos  de  1491.  Tenían  los  ojos  muy
      esta  historia  a  su  familia,  comunicó  el  caso  en  una  carta  dirigida  grandes  y,  al  parecer,  muy  sensitivos.  Siempre  se  aproximaban  a
      a  Otto  Binder,  cuando  el  serial  de  éste,  titulado  «Nuestra  época  la  casa  por  el  lado  más  oscuro.  Los  ojos  no  tenían  pupila  ni
     espacial»,  empezó  a  publicarse  en  diversos  periódicos. 17             párpados;  eran  mucho  mayores  que  los  humanos  y  se  hallaban
        El  elemento  más  extraño  de  este  relato  no  es  tanto  lo  que  en  dispuestos  a  ambos  lados  de  la  cabeza.  Por  lo  general  estos  seres
     él  se  describe  como  el  hecho  de  que,  desde  1946,  estas  historias  caminaban  derechos,  pero  cuando  les  disparaban,  corrían  a cuatro
     se  han  hecho  bastante  comunes  en  todas  las  regiones  del  globo.    patas  con  extrema  rapidez,  y  parecían  propulsarse  principalmente
     Para  un  físico,  por  supuesto,  resultan  increíbles,  del  mismo  modo  con  los  brazos.
     que  el  extraño  enano  que  encontró  san  Antonio  resultaría  increí-      El  10  de  setiembre  de  1954,  en  una  pequeña  población  fran-
     ble  para  un  biólogo.  Sin  embargo,  están  archivados  algunos  casos   cesa  llamada  Quarouble,  situada  cerca  de  la  frontera  belga,  aproxi-
     en  los  que  relatos  parecidos  se  hallan  asociados  con  huellas  de   madamente  a  las  10,30  horas  de  la  noche,  el  obrero  metalúrgico
     las  que  no  puede  dudarse.                                               Marius  Dewilde  salió  fuera  de  su  casa,  al  oír  ladrar  a  su  perrita,
        En  el  célebre  incidente  de  Socorro,  en  Nuevo  México,  fue  el    y  vio  con  estupefacción  una  masa  oscura  en  la  vía  férrea.  Acto
     agente  de  policía  Lonnie  Zamora  quien  informó  haber  visto  a  dos   seguido  oyó  unos  pasos  en  la  noche.  Encendió  una  luz  y  se  en-
     pequeños  seres,  vestidos  de  blanco,  junto  a  un  brillante  objeto    contró  frente  a  dos  seres  que  llevaban  unos  enormes  cascos  y  lo
     ovoide  que  descansaba  sobre  cuatro  patas  antes  de  despegar  con     que  le  parecieron  unos  gruesos  trajes  de  buzo.  Tenían  anchos
     un  rugido  atronador...  para  continuar  el  vuelo  en  el  mayor  silen-  hombros,  pero  Dewilde no  les  vio brazos.  Su  estatura  era  de  poco
     cio.  El  incidente  tuvo  lugar  el  24  de  abril  de  1964,  y permitió  que  más  de  un  metro.  Dewilde  avanzó  hacia  ellos  con  la  intención  de
     la  Policía  local  y  un  agente  del  FBI  efectuasen  algunas  interesan-  cerrarles  el  paso,  pero  apareció  una  luz  en  un  costado  del  objeto
     tes  mediciones  de  las  huellas  dejadas  por  el  objeto,  que  permitie-  oscuro  posado  sobre  la  vía,  y  el  hombre  comprobó  que  no  podía
     ron  sacar  unas  deducciones  aún  más  interesantes  a  William  T.       efectuar  el  menor  movimiento.  Cuando  recuperó  el  control  de
     Powers  18  sobre  las  posibles  características  mecánicas  del  tren  de  sus  miembros,  los  dos  visitantes  habían  entrado  en  la  supuesta
     aterrizaje.  En  este  caso  volvemos  a  observar  unas  característi-     máquina  y  ésta  despegó.
     cas  emocionales  que  evocan  extrañamente  el  mundo  medieval  que          Esta  observación  clásica  tuvo  una  extraña  secuela,  que  hasta
     acabamos  de  visitar:  el  testigo  de  Socorro,  antes  de  ser  entrevis-  ahora  no  se  había  publicado.  Los  investigadores  privados  france-
     tado  por  los  investigadores  de  la  Aviación,  se  hallaba  tan  poco   ses  que  estudiaron  el  caso  cooperaron  estrechamente  con  los  fun-
     convencido  de  haber  observado  un  aparato  de  construcción  huma-      cionarios  de  la  policía  local,  pero  acudieron  otros  investigadores
     na,  que  solicitó  ver  a  un  sacerdote  antes  de  presentar  su  informe  al  lugar,  especialmente  representantes  de  la  policía  del  Ministerio
     a  las  autoridades.                                                        del  Aire,  que  vinieron  de  París.  Cuando  se  obtuvieron  los  resul-
        Tenemos  después  el  informe  de  la  familia  de  Kentucky  que        tados  de  los  análisis  realizados  con  algunas  piedras  calcinadas
     afirmaba  haber  sufrido  el  asedio  de  varios  «hombrecillos»,  de  as-  que  se  encontraron  en  el  lugar  donde  Dewilde  había  visto  al  ob-
     pecto  completamente  fantástico.  Este  incidente  tuvo  lugar  la         jeto,  resultó  que  ni  siquiera  la  Policía  pudo  obtener  información
     noche  del  21  de abril  de  1955, y permitió  efectuar muchas  y extra-   sobre  los  resultados  de  estos  análisis.  Por  citar  las  propias  pala-
     ñas  observaciones  sobre  el  comportamiento  de  los  «visitantes».       bras  del  jefe  de  policía  local:
     Uno  de  los  seres  fue  visto  aproximándose  a  la  casa  de  labor  con
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