Page 169 - Egipto TOMO 2
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168 PARTIDA PARA EL EGIPTO SUPERIOR
desencanto será inmenso, especialmente si se renuncia á llevar adelante la aventura de visitar
el bosque petrificado; mas el efecto será distinto continuando la exploración. En efecto,
aquí, allá, por todas partes vensé miles y miles de fragmentos de diferentes tamaños y
dimensiones, convertidos en piedra, medio se-
pultados por la arena, ó hundidos en las capas
de gres mioceno; y si bien semejante espectáculo
nada tiene de maravilloso y extraordinario —
,
pues en rigor hasta el mismo geólogo sólo puede
comparar estos célebres lugares á una cuenca
hullífera de Alemania, y quien ha visto una
MADERA PETRIFICADA . , . i -i
sabe por experiencia que no tiene mucho de
pintoresco el aspecto que ofrecen — cuando se oye sostener á los botánicos que estas piedras
,
negras, no menos duras que el hierro, constituyeron hace miles y miles de anos el tronco lleno
de savia de bálsamos
arborescentes (N ico lia
,
¿Egyptiaca) que mecian
sus verdes tallos sobre
esas accidentadas colinas,
la imaginación se excita
MADERA PETRIFICADA
y no puede menos que
reconocer en la naturaleza energías superiores á las del hombre para conservar, cuando u_
place, los organismos por ella creados, hasta en el mismo Egipto, en cuyo país, tantas
cosas, condenadas en otras comarcas á segura y rápida
destrucción, hanse conservado milagrosamente.
Á la vuelta nos dirigimos á las alturas del Mokat-
tam. Durante el viaje, la mayor parte de los viajeros
conservaron gustosos las miradas fijas en el suelo,
cuyos abundantes ejemplares de conchas petrificadas
habian va llamado la atención del venerable Herodoto y del observador Strabon. La línea de
alturas que limita el Cairo por el Este , pertenece á la gran cadena de montañas numulíticas
que se extiende desde el Noroeste de Africa por el Egipto y
la India hasta la China y el Japón, las cuales se remontan á las
capas más antiguas de la época terciaria, á los terrenos eocenos,
y siguen inmediatamente á la creta. Dichas alturas son notables
por su extraordinaria riqueza en petrificaciones, en perfecto
estado de conservación, tales como conchas, caracoles, can-
CONCHA CALIZA
grejos y erizos de mar, que fácilmente puede reconocer el ojo
ménos experimentado. Hállanse formadas principalmente por millares de numulites y grandes
rizópodos, pertenecientes al grupo polythalamiano, cuyas especies más notables alcanzan las