Page 168 - Egipto TOMO 2
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PARTIDA PARA EL EGIPTO SUPERIOR 167
que las demás confesiones religiosas, y cuentan entre ellos algunos de los más ricos \
las
apreciados comerciantes del Cairo. Según parece, su número llega al de siete mil y
trece sinagogas por ellos levantadas, pertenecientes á las dos sectas en que se hallan
poblaciones rurales
divididos, están bajo la autoridad de un gran rabino. En las ciudades y
del Egipto superior apenas hemos encontrado judíos; pero es preciso hacer presente que es
muy difícil distinguir los rasgos de su fisonomía de la de sus primos hermanos los árabes.
Nuestro viejo cambista nos trató como verdaderos amigos, comprometiéndose á erniar
á nuestro buque un saco de moneda de cobre. Quedan, pues, terminados todos nuestros
preparativos y por consiguiente en disposición de embarcarnos, ya que la dahabijeh esta
pronta para hacerse á la vela. Sin embargo, no levaremos anclas hasta mañana y por tanto
emplearemos la tarde en visitar una de las curiosidades de Egipto, es decir, el bosque
petrificado, y luego volveremos á contemplar, para grabarlo en lo profundo del alma, desde
sumergida en la fantástica luz
las alturas del Mokattam, la inmensa ciudad envuelta y
del crepúsculo. Semejante excursión ofrece á muchos extranjeros favorable coyuntura para
llevar á cabo una pequeña correría montado en camello, y el espectador imparcial, amen del
ensayo que realiza, ve cosas por demás agradables.
Un jumentillo ágil y despierto, nos conduce, pasando por Bab-en-Xasr, hasta más alia
de las tumbas de los califas: pero advertimos que no obrará desacertadamente quien al
el dromedario, ya que son tales las condiciones del viaje á través del desierto
asno prefiera
arenoso, que hemos visto atascarse en él un coche arrastrado por cuatro vigorosos caballos.
Dejamos á nuestra izquierda la montaña Roja, Gebel-el-Ahmar, que constituye por si
misma una de las maravillas del Egipto, por lo ménos para dos clases de personas: los
mineralogistas, que comparan su gres rojo-oscuro, piritoso, mioceno, s>onoio
geólogos y
y duro, depositado sobre rocas calcáreas, con las piedras mejores de la cuenca de xaiís,
canteros que hace miles de años extraen de ella materiales propios para
y los lapidarios y parlante de Memnon
diferentes usos. Oscar Fraas asegura que la célebre estatua y el
coloso gemelo de Tébas, proceden de la montaña Roja, sin que en ello pueda caber la menor
duda. Al presente la pone en comunicación con el animado puerto del Nilo un camino
de hierro, extrayéndose de ella, no sólo robustos bloques, de que se sacan magníficas piedras
de molino, sino" también todos los materiales necesarios para macadamizar las calles del
Cairo y de Alejandría. La sima abierta por cien generaciones, obligadas á emplear una piedra
más dura que la débil calcárea del Mokattam es enorme, y sólo comparable al cráter del
Vesubio. El aspecto que ofrece llama la atención del mortal no iniciado en los misterios de la
geología, obrando con más eficacia que el del célebre bosque petrificado. A éste llegamos al
cabo, después de un viaje de cinco cuartos de hora al través de colinas escuetas de amari-
negruzcas entreveradas de capas de yeso y penetradas por
llenta arena, y laderas rojas y
Si se presume encontrar en el mismo punto de llegada, que apellidan los
filones de sal.
cairotas Gebel Khashab, un grandioso monton de árboles robustos, derribados por el suelo,
convertidos por un prodigio de la naturaleza de blanda madera en durísimo mineral, el