Page 19 - Egipto TOMO 2
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REJUVENECIMIENTO DE EGIPTO
                 tuvo que abandonarla en virtud de las reclamaciones de la diplomacia europea. Al cabo de
                          terminada la lucha que la Turquía sostuviera contra la Rusia, juzgo su padre
                 cuatro años, y                               rechazar la sobe-
                 que habla llegado el momento de conquistar la independencia absoluta y
                 ranía de la Puerta. Para ello aprovechó la primera coyuntura que se le vino á  la mano,
                 sirviendo de pretexto para la guerra una reclamación insignificante. Ibrahim se hizo dueño
                 de la mayor parte del Asia anterior, de suerte que después de  la gran victoria decisiva de
                 Nisibi. obtenida en 1839, en la cual tomó parte el general de Moltke, habría entregado a su
                                                  especialmente Inglaterra, no hubiesen
                 padre el trono del sultán, si las potencias europeas, y
                 intervenido segunda vez, obligando á Mehemet-Alí á que se diera por satisfecho con el
                                          firman de 1841, en cuya virtud la Puerta le decla-
                                          raba príncipe hereditario de Egipto, concediéndole
                                          además otros derechos no menos importantes. Con
                                          todo, semejante tratado contenia diferentes restric-
                                          ciones sumamente embarazosas ; pero al fin en su
                                          mayor parte fueron suprimidas en  el reinado  del
                                          jetife Ismail.
                                            Mehemet-Alí, postrado por los años, entregó en
                                          1848 el gobierno á su hijo Ibrahim, y  murió en el
                                          año siguiente en su palacio de Shoubrah, después
                                          ele haber nombrado heredero á su hijo Halim-bajá.
                                          Los jardines de esa magnífica mansión constituyen
                                          al presente uno de los paseos favoritos, no sólo de
                                          los habitantes del Cairo, sino también de los extran-
                                          jeros que residen en  la ciudad de  las pirámides,
                                          ofreciendo uno de los más agradables pasatiempos,
                                          y al par una grata distracción, durante los meses
                                          de estío, á la caída de la tarde, el espectáculo que
                         MUCHACHO JARDINERO
                                          brinda la elegante sociedad europea, confundiéndose
                 á la sombra de árboles frondosísimos de raras especies, con las familias más distinguidas de
                  la sociedad africana. Los carruajes de alquiler y las lujosas carretelas que colman la célebre
                  avenida de Shoubrah, harían olvidar que  el extranjero se halla en un país ocupado por un
                  pueblo oriental, sin los Sais que, montados en sus corceles ó á pié, marchan delante de los
                  vehículos, según hemos tenido ocasión de indicar hablando de las calles del Cairo. Preciso se
                  hace, sin embargo, decir algo de los coches cerrados, siquiera por la calidad de las personas
                 que los ocupan . que por punto general son las más famosas bellezas de los harems aristo-
                 cráticos. Delante de tales carruajes, y abriendo paso á los mismos, suelen marchar algunos
                  eunucos,  viéndose  otro generalmente sentado junto  al cochero, que fulmina tremendas
                  miradas á los europeos que á pié, á caballo ó jinetes sobre pacíficos y graciosos jumentillos
                  se deslizan junto á las portezuelas, con el propósito de alcanzar una fugitiva mirada siquiera,
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