Page 362 - Egipto TOMO 2
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título nos pertenece, se agrega un considerable número de voluntarios, compuesto de jóvenes
felahes que sostienen las antorchas, en tanto trabajamos en el interior de los sepulcros, y
saben seguir con singular destreza la dirección de la mirada que copia y de los dedos que
escriben: muchachas que por algunos céntimos nos traen agua fresca enjarras de elegantes
formas: el cazador Abd el-Rasul, que sabe seguir la pista de los chacales, y curiosos, proce-
dentes de Abd el-Kurna, aldea en cuya demarcación se halla establecida nuestra caverna.
Esa abigarrada muchedumbre se reúne diariamente, durante la velada, delante de la puerta
de nuestra habitación, y agrupada en derredor de la lumbre, charla ó se refiere mutuamente
maravillosas historias. Siempre se ha mostrado atenta y respetuosa respecto de nosotros; ha
enfermedades físicas,
dejado guiarse por nuestros consejos, en lo concerniente á dolencias y
PERROS DE LOS FELAHES
aceptando los recursos de nuestra farmacia de viaje ó botiquín de explorador: mostrándose
reconocida á nuestros obsequios en cuanto para ello se ha ofrecido coyuntura fa\orable.
Apénas se conocen otras casas que las constituidas por antiguas tumbas, las cuales se cienan
por medio de una frágil puerta de madera, delante de la cual existe un espacio aplanado, que
confundidos chiquillos desnudos, asnos,
cierra una débil empalizada, donde viven revueltos y
aves de corral. Cada uno de los habitantes posee en arriendo un pedazo
cabras, corderos y
de tierra, cuyos productos, consistentes en cereales, guisantes y lentejas, conserva en grandes
vasos cilindricos elaborados con barro del Nilo, no siendo cosa rara el encontrar gian número
de éstos colocados en sentido vertical, delante de los patios, de suerte que el viajero que con
ligereza procediera, podría tomarlos por todo cuanto se le antojase, menos por lo que son
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