Page 363 - Egipto TOMO 2
P. 363
278 TEBAS
realmente, es decir, por depósitos de provisiones. Sin embargo, por ellos y más aun por su
contenido, es por lo que se mantiene el crecido número de perros que sirven para la guarda
de las casas de los felahes, y que durante los primeros tiempos de nuestra permanencia en
Abd el-Kurna, se mostraban por demás hostiles á los nuevos vecinos, cuando á la puesta
del sol regresábamos á casa después de nuestras diarias expediciones.
Las habitaciones de esas
gentes, que hemos visitado,
áun cuando carecen del aseo
v limpieza que en otros
países se estilan , distan mu-
cho de ser sucias y estar
llenas de basura: en muchas
de ellas hemos podido con-
templar más de una escena,
conmovedora de felicidad do-
méstica y de buena vecindad:
muchos son los individuos
que se contentan con una
sola esposa legítima. Casi
todos esos sencillos habitan-
tes se consagran como acce-
sorio, al comercio de anti-
güedades , y venden á los
mercaderes de Luqsor las
piezas más notables que des-
cubren. Durante el invierno
son muchos los que alquilan
sus asnos á los extranjeros,
y adiestran á sus pequeñue-
los para que sigan á los ex-
cursionistas, llevando jarras
de agua, para que pidan
MOHAMED, MUCHACHO DE ABD EL-KURNA
limosna, ó para que sepan
ofrecerles las antigüedades contrahechas que ellos mismos elaboran con gran habilidad, ó que
por medio de agentes intermediarios adquieren en el Cairo ó en Europa. Esos diablillos
encontrarán salida para su mercancía, en tanto existan viajeros superficiales que en solos dos
ó tres dias se impongan completamente de la antigua Tébas y deseen llevar á su patria, como
recuerdo de viaje, objetos preciosísimos cuya existencia remonta «al tiempo de los Faraones.»
Los muchachos de Abd el-Kurna rodean v acosan á los turistas, v con una insistencia y