Page 46 - Egipto TOMO 2
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REJUVENECIMIENTO I)E EG-IPTO
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decisión, pero ma* aun
muchas que ha emprendido, débese indudablemente á su actividad y ip orna ico c c gi an
aventajadas dotes de su sapientísimo ministro Nubar-baja. a a,
al celo y
supo conducir perfectamente las negociaciones en cuya virtud la Sublime Puerta acce maque
^
se estableciera en la familia del virey la sucesión en línea recta por derecho de pnmogcmtura:
el derecho de acuñar moneda, contratar empréstitos, estipulai y finnai
Y se le concedió
elevar á treinta mil hombres el contingente del ejército. El firman en que tales
tratados, y
si bien la Puerta trato de
derechos se concedian fue refrendado el dia 8 de julio de 1873, y
anularlo después de los acontecimientos que determinaron la caída de Ismail, Tevfik sucedió
á su padre en virtud del derecho de primogenitura, de suerte que lo que hasta entonces había
sido únicamente una condición eventual, estipulada en un tratado, convirtióse después en un
hecho incontrovertible. La obtención del firman costó no escaso número de millones al señor
del Egipto, y la obligación de satisfacer anualmente al Sultán la cantidad de ciento treinta }
siete millones quinientas mil pesetas; mas aún así no
tres mil bolsas, es decir, unos diez y
resultaba oneroso, pues gracias á semejante medio convirtiéronse en realidad tangible los
la familia
planes de Mehemet-Alí, constantemente contrariados por las potencias europeas, y
del jetife se encontró dueña absoluta del trono de Egipto. En cuanto á Ismail fuéle desde
entonces sumamente fácil ensanchar los límites de un estado que en adelante le peitenecia sin
la menor dependencia, merced á la adquisición de puertos de gran importancia, situados en el
mar Rojo, mediante la toma de posesión de las costas de los Somalí, regadas por las olas del
Océano Indico, país riquísimo en diversas producciones; del reino de Harar y de los territorios
abisinios de Bogar y de Galabat. La conquista de Darfour, en el centro del Africa, hasta
entonces jamás completamente sometido y la de los Estados negros situados sobre el Nilo
Blanco , extendieron más aún las fronteras de este imperio , sin que haya logrado reducirlas la
última guerra desgraciada contra la Abisinia. En suma, hasta los más encarnizados detractores
del jetife no pueden menos que reconocer que se ha mostrado como pocos diestro en ensanchar
su reino, y no hay quien pueda desconocer la gloria que le resulta del apoyo que constante-
mente ha prestado á los sabios europeos que visitan su país, y de la inteligente protección que
ha concedido á los monumentos antiguos durante tanto y tanto tiempo mirados con la más
completa indiferencia y hasta con el más punible abandono.