Page 50 - Egipto TOMO 2
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RESURRECCION DEL EGIPTO ANTIGUO
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mióse por vez primera la versión copla de los Evangelios. Cuando más adelante Pococke,
Nieburh y otras eminencias científicas, recorrieron el Oriente con el propos.to de pracücar
detenidos estudios v profundas investigaciones, súpose en Europa, con no poca sorpresa, que
además de las pirámides, existían todavía en ambas orillas del Nilo no pocos monumentos del
tiempo pasado. Al cabo de poco tiempo llevó á cabo Bonaparte su expedición a Egipto, y los
los artistas que acompañaban aquel ejército, impusiéronse la penosa tarea, que
sabios y
medir con la mayor exactitud que les
obstáculo alguno logró impedir, de dibujar, describir, y
cada uno de los monumentos que á su paso se encontraran. El
fuera dable alcanzar, todos y
Gracias á sus afanes pudo conocerse la forma
antiguo Egipto les debe su resurrección.
los caractéres de que para escribir se valió el mas antiguo
exterior de los monumentos, y
de los pueblos; y al cabo de breve tiempo, gracias al descubrimiento de la piedra de
Roseta, llevado á cabo por el capitán de ingenieros Bouchard, alcanzóse la posibilidad, casi
por consiguiente de venir en
comprender sus escritos, y
inmediatamente realizada, de leer y
conocimiento de los destinos, de la vida, del pensamiento, de las aspiraciones de aquel
pueblo, hasta entonces punto ménos que desconocido. La interpretación de los jeroglíficos
constituye un triunfo tan glorioso para el espíritu científico de nuestros tiempos, y sin ella
del antiguo Egipto, que juzgamos
seria tan completamente imposible la representación fiel
de nuestro deber hacer al lector una reseña, siquiera breve, de las vicisitudes por que ha
pasado.
escritura
En la piedra de Roseta se ven tres inscripciones, de las cuales dos en idioma y
caractéres griegos. El contenido de la última consiste en un
egipcias y la tercera en lengua y
decreto expedido por los sacerdotes, en honor del quinto Tolomeo (Ptolomeo Epiphanes I), cuyo
reinado duró del 204 al 181 ántes de Jesucristo, que termina con una orden por la cual se manda
grabar la disposición sacerdotal sobre piedras duras, en las escrituras jeroglífica, demótica y
griega h las cuales debían colocarse en todos los templos de verdadera importancia. La piedra
encontrada en Roseta, es indudablemente una de ellas, y de la orden en la misma contenida
resulta, pues, sin que quepa el menor género de duda, que el decreto reproducido en lengua y
caractéres griegos, se encuentra expresado en lengua egipcia con escritura jeroglífica y con
escritura demótica. Los jeroglíficos consistían en imágenes ó representaciones de objetos
naturalezas , al paso que la escritura demótica consistía en ciertas
concretos de todas formas y
letras de bizarro aspecto cuyo tipo primitivo no era fácil determinar. Los que con anterioridad
al hallazgo de la piedra que nos ocupa, se habían dedicado al estudio de las inscripciones
jeroglíficas, habian tenido ocasión de observar la existencia en las mismas de ciertos grupos
de caractéres, encerrados dentro de unas líneas que afectan la forma de un cohete ó cartucho
)[ y atentos á esto habian aventurado la idea de si los caractéres, de tal manera dispues-
( ,
tos, contendrían los nombres de divinidades ó de reyes. En el texto griego de la piedra de
Roseta, se halla repetido con frecuencia el nombre de Ptolomeo in^aioc; — y como en la
1 La escritura jeroglifica era de patrimonio exclusivo de los sacerdotes y de las personas iniciadas: la demótica, como lo expresa su
nombre demos, la comprendían los que poseían alguna educación. — V.