Page 55 - Egipto TOMO 2
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RESURRECCION DEL EGIPTO ANTIGUO     51
            de papiio, conservados entre cristales, podría llenarse un edificio mayor que el de la biblio-
            teca de Berlín. Y dicha literatura es rica, abundante; pues excepción hecha del drama,
            encuéntranse en ella todos los géneros conocidos, debiendo aquí añadir que á los textos
            escritos en escritura hierática,
                                es decir, con signos cursivos, generalmente trazados sobre
            papiro, por medio de los cuales se reproducen en compendio los jeroglíficos, se debe el que
            hayamos llegado á familiarizarnos con la vida intelectual de los antiguos egipcios.
              Pero si se ha logrado sentar sobre bases sólidas
            el juicio que en estos nuestros tiempos se ha for-
            mado respecto del arte egipcio :  si se ha modificado
            completamente el concepto que se tenia concebido,
            debérnoslo sin la menor duda, primero y principal-
            mente, á la inteligencia y entusiasmo del jetife
            Ismail,  y después  al  celo  infatigable,  al saber,
            al privilegiado ingenio del hombre á quien se ha
            confiado la conservación de cuanto procede de los
            faraones, y la dirección de las obras que ha sido
            indispensable practicar para volver á la luz del dia
                 tan importantes monumentos como en bre-
            tantos y
            ves años se han sacado del lecho de arena en que
            vacian enterrados. Ya se comprenderá que al ex-
            presarnos en estos términos nos referimos á Ma-
            riette-Bajá, del cual dijimos alguna cosa con motivo
            de nuestra visita á Sakkarah, en cuya ocasión pene-
            tramos en la casa que para su habitación levantó
            en el desierto, en medio de uno de los campos más
            fecundos de su actividad. A él se debe la creación
            del Museo de Antigüedades de Boulaq, la más inte-
            resante de las obras debidas á  la munificencia del
            jetife, así como la magistral clasificación que tanto
            facilita la tarea del estudioso. La colección de Bou-
                                                    JEQUE-EL-BELED
            laq es sin disputa la más interesante de cuantas se
            han formado con los monumentos de la época faraónica: ninguna de las existentes en Europa
            puede competir con ella el inapreciable privilegio de poder indicar la procedencia exacta  dé-
            cada monumento.
              La ciudad de los califas no está situada á las márgenes del Nilo : Boulaq constituye su
            puerto, faltando muy poco para que forme con el Cairo una sola ciudad. Ademas del Museo
            existe en él la imprenta del virey, establecida por Mehemet-Alí; la fundición de caractéres; una
                             una casa de locos. Desde el Ezbekijeh al Museo puede irse fácil-
            escuela de artes y  oficios y
            mente en asno en poco más de media hora.  Las aguas del Nilo bañan los jardines y la pared
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