Page 59 - Egipto TOMO 2
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RESURRECCION DEL EGIPTO ANTIGUO 55
realizar el relieve, no se apartaran de ciertas prácticas convencionales, que se dirigían
principalmente á reproducir el objeto con todo el vigor imaginable, razón por la cual no se
vacilaba en sacrificar la belleza á la verdad.
Esto nos explica que sobre un rostro presentado
de perfil se dibujaran los ojos de frente, ya que así podian darles mayor expresión; que el
pecho se reprodujera en perspectiva rectilínea, con lo cual no se ocultaba ninguno de los
brazos,
y que las piernas de las figuras que están de pié, se vean de perfil, pero no una sola,
smo las dos á la vez. Lo propio se observa en los bajo-relieves más ocupados, en los cuales
no existe figura alguna que se sustraiga á esa manera convencional. Aducimos como ejemplo
de lo que acabamos de manifestar, la figura
de un oficial superior cuidadosamente escul-
pida en madera, que se ha encontrado en
Sakkarah, sobre una tabla de época antiquí-
sima, y un ganso visto de perfil, como todos
los animales y esculpido en piedra en relieve
poco pronunciado. Hasta tratándose de esta-
tuas, se hallaba el artista con las manos
atadas; pues las más antiguas que hasta nos-
otros han llegado, nos revelan que se vio
obligado á dar á cada uno de los miembros
del cuerpo humano, de la propia suerte que
á cada uno de los miembros del cuerpo de los
animales, ciertas y determinadas proporcio-
nes que, si así podemos decirlo, estaban ca-
nonizadas por la costumbre, y que por consi-
guiente teníanse por inalterables. El canon
de las proporciones existia también entre los
griegos. Durante la dilatada duración de la
ANTIGUA PELUCA EGIPCIA
historia de Egipto sólo dos veces llegó á
modificarse: en el antiguo imperio dió como consecuencia figuras más recias y pesadas; en los
nuevos tiempos y especialmente después de la expulsión de los hiksos, formas más finas y
elegantes. M. Cárlos Blanc presume haber descubierto que la unidad de proporción em-
pleada era para la figura humana el dedo; para las figuras de león la garra: acaso de aquí el
famoso proverbio: Ex ungue leonem (por la uña se conoce el león). Los que conocen el cánon
de Polvcleto y los trabajos de Alberto Durero relativo á las proporciones del cuerpo humano,
de seguro no harán un cargo á los egipcios de que aplicaran á la estatuaria un cánon perfecta-
mente definido, por más que este método severo impusiera á los artistas obligaciones de las
cuales no podian prescindir, impidiéndoles dar á sus obras más vida y movimiento, mayor
variedad en las actitudes y ademanes, y fuese obstáculo insuperable para distinguir las formas
suaves v elásticas del joven, de las ásperas y rígidas del anciano. Con contadas excepciones, en