Page 62 - Egipto TOMO 2
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RESURRECCION DEL EGIPTO ANTIGUO
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                En resolución: para JU z g ar del modo debido los colosos egipcios, es indispensable tener en
                cuenta los edificios de los cuales formaban parte.  ,
                  Si después de lo dicho tratamos de abarcar con una sola nnrada los restos de la escul-
                tura egipcia, sin gran dificultad podremos distribuirlos en las épocas o periodos siguientes:
                1/ obras del antiguo imperio; -2.° obras contemporáneas de los Hyksos;-3. trabajos ejecu
                                                  hasta los tiempos de la décima novena
                tados con posterioridad á la guerra de reconquista y
                                                  sus inmediatos sucesores; -5d deca-
                dinastía -4.° desarrollo completo del arte bajo Seti I y
                     -
                dencia hasta la dinastía vigésima séptima - 6.» renacimiento bajo los reyes Saitas; -7 / Los
                                          ;
                Tolomeos. Las esculturas que nos quedan del tiempo de los Hvksos, excepción hecha de un
                                               acaso un monumento que forma parte de la
                busto existente en la villa Ludovisi, en Roma, y
                •colección del Louvre, encuéntranse todos en Boulaq. Con ocasión de nuestra visita á Tanis,
                hemos puesto lo más importante bajo los ojos del lector, i La colección del virey es suma-
                mente rica en ejemplares de los siglos que siguieron á la expulsión de los Hvksos. - Así en
                la sala de las joyas nos es dado contemplar gran cantidad de soberbias piezas de orfebrería
                •cuyo mayor número, doscientas trece, han sido halladas por Mariette sobre la momia de la
                reina Aah-Hotep, esposa del Faraón Alunes I, uno de los reyes que mas poderosamente con-
                tribuyeron á arrojar á los pastores del suelo de Egipto. Entre ellas podemos citar aquí un
                magnífico brazalete de oro, ricamente guarnecido con diversas piedras preciosas; una cadena
                de noventa centímetros de longitud, de rara delicadeza, de la cual pende el más bello de los
                escarabeos, hecho de pasta de vidrio ó esmalte azul celeste, prendido dentro de una delica-
                 dísima red de hilos de oro, que causa  la admiración de los más diestros artífices:  allá
                 causan la admiración del entusiasta del arte industrial antiguo, acabadas reproducciones de
                 moscas de oro puestas sobre tal ó cual adorno, ó el trabajo magistral de un puñal ó de una
                hacha de ceremonia, cuyo mango de madera de cedro hállase chapeado de oro: más léjos y
                •excediendo ya á toda ponderación, una lancha de oro macizo, montada sobre ruedas y
                 tripulada por doce remeros de plata.  ¿El Egipto libertado era acaso deudor de ese lujo, hasta
                 entonces nunca conocido, á los pueblos semíticos del Asia occidental que por vez primera
                 acababa de someter?— Los libertadores procedian del Egipto superior: la divinidad bajo cuya
                 protección dieran la batalla á los Hvksos era el Ammon de Tébas, que acaba por sobreponerse
                 al inmenso Pbtah, antiguo señor del Egipto inferior, Ra, después de fundirse con éste hasta
                 el punto de no formar con él más que uno solo, tanto que la décima octava dinastía lo adora
                                        el himno que le dedicó Tutmosis III, que se encuentra
                 con preferencia á todos los demás, y
                 en una de las estelas conservadas en Boulaq, excede en mucho, en lo que á inspiración
                 poética se refiere, á cuanto se intentó realizar durante los tiempos del antiguo imperio.—
                 Encontraremos en Tébas numerosos trabajos de este príncipe y de sus inmediatos sucesores,
                 y por ellos podremos venir en conocimiento de la simplicidad no desprovista de grandeza v
                 -esplendor que constituye su rasgo característico. En dicho punto y en Abydos se encuentian

                  1 Tomo I, póg  130.
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