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mos aquí lo que ya hemos dicho eñ otro lagar de esta obra:
**El Hacedor Supremo, en au alta sabiduría, al iniciar su
grandiosa obra de la Creación del Mundo, tuvo el prop6si.
to de que el Orbe entero fuese habitado, y con este mismo
propósito crió en distintos centros de la Tierra, parejas de
razas diversas, cual la blanca, la amarilla^ la roja, la more-
na y la negra; no siendo aceptable que Adán y Eva sean
progenitores de todo el Género Humano, sino únicamente
de los descendientes de la secta hebraica."
Otra prueba que también se puede aducir sobre la anti-
quísima estancia del Hombre en el Perú, son los enormes de-
pósitos conchíferos que se han encontrado en las costas ma-
rítimas, como en Supe, Chancay, Ancón, Chala y Arica, entre
los cuales halláronse infinidad de huesos y restos de anima*
les de aquellas remotas épocas, como así mismo fragmentos
de carbón y capas de ceniza y otros residuos estratificados.
Esas enormes capas de residuos, producto de la cocina de
aquellos tiempos (kjoekkenmoeddings, como los denomi-
naban los Escandinavos), son otros tantos vestigios de la
estancia del Hombre allí, por espacio de largo lapso de
tiempo, y del modo de vivir de aquellas ignotas generacio-
nes.
Además, salvo los paquidermos de las Épocas Paleolíti-
ca y Neolítica, el Perú presenta sus animales particulares,
propios y originarios, que tan solo se encuentran en su te-
rritorio, y que vivían junto con el Hombre primitivo. En-
tre estos animales originarios se cuentan las especies de vica-
ña,llama,paco, huanaco y alpaca, como también las especies
de vizcacha y aña, de la familia de los zorros, y la anta lla-
mado comunmente la gran bestia, animales que no se en-
cuentran en ninguno de los otros Continentes. La existencia
de estos cuadrúpedos, que tampoco hay noticia de que hu-
bieran sido encerrados en la Arca de Noé, prueban, eviden-
temente, que ellos sonde la época antediluviana, y que salva-
rían del Diluvio por voluntad del Hacedor Supremo, propa-