Page 31 - Orgullo y prejuicio
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––Mamá  ––dijo  Lydia,  la  tía  dice  que  el  coronel  Forster  y  el  capitán

                Carter  ya  no  van  tanto  a  casa  de  los  Watson  como  antes.  Ahora  los  ve
                mucho en la biblioteca de Clarke.
                     La señora Bennet no pudo contestar al ser interrumpida por la entrada

                de  un  lacayo  que  traía  una  nota  para  la  señorita  Bennet;  venía  de
                Netherfield  y  el  criado  esperaba  respuesta.  Los  ojos  de  la  señora  Bennet

                brillaban de alegría y estaba impaciente por que su hija acabase de leer.
                     ––Bien, Jane, ¿de quién es?, ¿de qué se trata?, ¿qué dice? Date prisa y

                dinos, date prisa, cariño.
                     ––Es de la señorita Bingley ––dijo Jane, y entonces leyó en voz alta:



                         Mi querida amiga:

                         Si tienes compasión de nosotras, ven a cenar hoy con Louisa y
                     conmigo, si no, estaremos en peligro de odiarnos la una a la otra el

                     resto de nuestras vidas, porque dos mujeres juntas todo el día no
                     pueden  acabar  sin  pelearse.  Ven  tan  pronto  como  te  sea  posible,

                     después  de  recibir  esta  nota.  Mi  hermano  y  los  otros  señores
                     cenarán con los oficiales. Saludos,

                                                                                   Caroline Bingley



                     ––¡Con los oficiales! ––exclamó Lydia––. ¡Qué raro que la tía no nos lo
                haya dicho!

                     ––¡Cenar fuera! ––dijo la señora Bennet––. ¡Qué mala suerte!
                     ––¿Puedo llevar el carruaje? ––preguntó Jane.
                     ––No, querida; es mejor que vayas a caballo, porque parece que va a

                llover y así tendrás que quedarte a pasar la noche.
                     ––Sería un buen plan ––dijo Elizabeth––, si estuvieras segura de que no

                se van a ofrecer para traerla a casa.
                     ––Oh, los señores llevarán el landó del señor Bingley a Meryton y los

                Hurst no tienen caballos propios.
                     ––Preferiría ir en el carruaje.
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